Paris, Texas - Wim Wenders (1984)

París, Texas es un filme que cuenta con la afortunada música de Ry Cooder y la colaboración en el guión de Sam Shepard. Por eso no es casualidad que en 1984 ganara la Palma de Oro en el Festival de Cannes. Actúa el legendario Harry Dean Stanton, cuya última película fue Lucky (2017), en el personaje de Travis Henderson, un adulto que camina en trance por Texas y que aparentemente cruzó la frontera a pie con un galón de agua en la mano. Travis llega a un bar y se desploma después de masticar hielo. Entonces un doctor lo revisa y encuentra entre sus ropas una tarjeta. Se comunica con su hermano Walt, interpretado por Dean Stockwell a quién seguramente viste en TV en la serie Quantum Leap. El hermano viaja desde California para rescatarlo aunque no tenemos claro de qué. La película dura 2 horas y 25 minutos pero podría recortarse media hora si las secuencias no fueran tan largas. La parte introductoria que presenta a Walt, el hermano buena onda que adoptó a Hunter (el hijo de Travis), dura demasiado. El misterio sobre el extraño comportamiento de Travis se alarga muchísimo abusando de la paciencia y generosidad de Walt.  

Lo bueno comienza una noche en que Travis conversa con Anne, la esposa Walt, y se entera de que Jane, la madre de Hunter interpretada por Nastassja Kinki, le envía dinero cada día 5 desde Houston para el niño. Allí la trama comienza a trotar. Travis y su hijo viajaran en coche de vuelta a Texas para buscar a Jane y la encontrarán.

El corazón del filme es la última media hora en que Travis y Jane platican a través de un cristal. Allí él hace una larga confesión en que reconoce todos sus errores y brinda toda la información que hacía falta. Ella escucha con paciencia y se conmueve reconociendo sus propias faltas.

Esa conversación hace que el corazón dude y los ojos se humedezcan. En ocasiones, el amor no es suficiente para mantener a una pareja unida. El amor puede ser dulce o doloroso, para algunos es una carga insoportable que los obliga a colapsar o huir. El amor puede manifestarse al soltar y ese simple acto puede ayudar a sanar. (Ab.)

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