Todas las pecas del mundo - Yibran Asuad (2019)

En la guerra y en el amor todo se vale. Todas las pecas del mundo está en Netflix y a pesar de sus defectos lo disfruté. La historia se ubica en México durante la Copa Mundial de Futbol de 1994. Un chamaco de apellido Mota que se muda constantemente de ciudad llega al DF y lo inscriben en la escuela privada en que estudió su padre. Allí se enamora a primera vista de Cristina. Al tipo no le interesa el futbol pero por consejo de su amiga forma un equipo para conquistar a la güera guapa. La película se burla de Zague, de la Selección Nacional de Balompié y de todos los comentaristas de futbol, quizá incluso del futbol mismo, mientras muestra al enamoradizo José Miguel Mota y sus tonterías. La película tiene varios momentos interesantes, la mayoría apoyados en la música. Por ejemplo, los que corresponden a las siguientes rolas: She Drives Me Crazy de Fine Young Cannibals, Las Batallas de Café Tacuba, No huyas de mí de Kenny y los Eléctricos y Mala Vida de Mano Negra. También me parece que Loreto Peralta en su papel de Cristina, no sólo es guapa, es convincente. El mensaje del filme es que para el amor no hay imposibles. La idea me parece muy buena y explota la nostalgia de los que estábamos vivos en aquellos tiempos, pero la realización falla.
No sólo es torpe la construcción del personaje principal que nunca demuestra su capacidad como inventor; las historias paralelas como la del romance del alumno y la maestra violadora nunca cuaja ni sirve para nada. En la cabeza de los escritores sirve de pretexto para que pierdan un partido de futbol, pero no hay explicación de qué es exactamente lo que le pasó ni se resuelve esa historia, es decir, no hay boda ni cárcel.
Las actuaciones en general se sienten malas y el ritmo de la película es inexistente. Los personajes pasan de fanáticos cristianos a roqueros como si se tratara de una gran transformación espiritual. La mamá de Mota ni siquiera parece una tía lejana. Los niños del equipo son personajes de caricatura que parecen no tener alma. 
Si bien es cierto que enamorarse a esa edad brinda pretexto para muchas situaciones incómodas, todas las que presenta la película parecen copiadas de otras cintas. No hay una sola que parezca original y termina siendo una mala adaptación de The Karate Kid (1984), sin señor Miyagi ni crecimiento del personaje.
Al final cuando Mota se enamora de la beisbolista no permiten disfrutar del momento y atosigan con letreros que describen la vida que tuvo cada personaje. Creo que este proyecto pudo haber sido algo mejor en manos de Alonso Ruizpalacios que es mencionado una y otra vez. (Ab.)
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