Personal Shopper - Olivier Assayas (2016)
Fantasmas del pasado esa es la extraña traducción que dieron a este título que puedes encontrar en Netflix. El gancho es que la protagonista es Kristen Stewart, que el director goza de prestigio en Europa y que el filme participó en el Festival de Cannes. Lo mejor del filme es que te presenta a Hilma af Klint una artista sueca que inventó la pintura abstracta, además la fotografía es magnífica, pero el resto es difícil de tragar. Lo primero que brinca es que una chava que trabaja comprando ropa para una famosa diga que es médium. Es como que un guerrillero diga que en sus ratos libres es asesor en Wall Street, no es imposible pero es incongruente y fastidia. La historia es que esta chica que se la vive entre boutiques perdió a su hermano gemelo que también era médium. Antes de morir juraron que el primero en morir le daría una señal al otro, de modo que Kristen está esperando un mensaje del más allá. La trama me hizo recordar un chiste en el que dos compadres que se juraban lo mismo. El lento filme te obliga a pasar casi media hora viendo mensajes de WhatsApp en un celular. Si no te habías desesperado es muy probable que esto te saque de quicio.
Ver a Kristen desnuda de vez en cuando te hace despertar o cuando menos poner atención, pero no sostiene el filme. Un escena del crimen pretende dar un giro a la historia pero se siente forzada y predecible. Lo mismo pasa con el desenlace.
Aunque me gustaron los guantes amarillos y el casco de Kristen, los fantasmas no se mezclan con la alta costura, nada saben de Gucci o Cartier. Este filme es un experimento fallido que repele desde el primer momento y que puede utilizarse para una parodia. Imagino a Lisa Simpson en una motoneta por las calles de París. (Ab.)
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