Él - Luis Buñuel (1953)

Confieso que hasta antes del 2017, el cine de Buñuel me daba flojera porque lo desconocía. Sólo había visto, en 1994, Un Perro Andaluz (1929), porque me interesaba Salvador Dalí y no entendí nada. De pronto, el universo se puso necio y escuché mil veces buenos comentarios sobre Viridiana (1965), El ángel exterminador (1962) y Los olvidados (1950). Tan necio estaba el destino que me sentó a ver fragmentos de Bella de día (1967). Me rendí. Decidí ver algunas películas y quedé gratamente sorprendido.  Después estuvo en la Cineteca Nacional la exposición Buñuel en México, la visité un par de veces y me quedé con una larga lista de pendientes, además me identifiqué con las fobias y manías del director. Debido al Covid-19, no he comprado DVD's, pero algunas películas de este director están en YouTube. Este es el caso de Él. Un título tan breve que no te brinda nada. Apenas te dice que un hombre será el protagonista. Si conoces el afiche sabrás que tampoco dice mucho. Además el nombre Arturo de Córdova suena pesado, a galán añejo, y Delia Garcés ni me suena. No te dejes engañar, el filme engancha. Comienza en un templo católico. Un sacerdote lava y besa los pies, necesariamente desnudos, de los monaguillos como una tradición perdida de la Semana Santa, que reproduce la conducta de Jesús en la última cena. La crítica a la Iglesia es apenas evidente en el fetiche de los pies. El protagonista, que auxilia al cura con una jarra de agua, va bien vestido y observa los pies de los feligreses. Descubre los zapatos de tacón de una mujer, levanta la mirada y la ve a los ojos, ella apenas responde  con un gesto, pero la mojigatería exige que el coqueteo se detenga.

El filme tiene razones para empezar en ese lugar, ya está describiendo a los personajes. Esta pareja de desconocidos cruzarán caminos y su romance evolucionará violentamente.  No son jóvenes, ella tiene más de 30 y el más de 40, pero se comportan como adolescentes. Parece que ambos han vivido esperando que el cuento de hadas se materialice. 
Ella es argentina y vive en México, un poquito de mundo ha probado, es tradicional pero libre. Él es hijo de ricos de Guanajuato y se siente importante. Los prejuicios propios de la educación católica viven en su mente. No es necesario contar más. 

Buñuel sabe bien que botones apretar para hacerte sentir incómodo mientras hace crecer el interés. En algunas relaciones de pareja, lo que al principio encanta, al final molesta, cansa o aburre. La bola de nieve va creciendo y es un placer descubrir la crítica social. 
Los humanos somos complicados. Dicen que las mujeres se enamoran de lo que creen que el hombre puede llegar a ser y los hombres no queremos que las mujeres cambien. Cuando la relación se convierte en una lucha de poder, todo está perdido. Además, si te llevan de luna de miel al Pípila, seguro te arrepientes de haberte casado.

Buñuel no se interesa por la felicidad de la pareja. Su foco está en la ideología que hay detrás de los personajes. El mundo está cambiando, pero siguen vivas las tonterías de la Iglesia, los celos, la paranoia, la manipulación, el poder y las emociones. El camino más corto hacia la decepción y el dolor pasa por intentar controlar a otros. La cosa se pone ruda. No te la pierdas. (Ab.)

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Comentarios

  1. A Buñuel se le reconoce por sus personajes inolvidables. Sus películas te internan a su mente y a la de los personajes.

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