Solace - Afonso Poyart (2015)

En la mente del asesino está en Amazon. Es un churro muy entretenido y bien editado en el que hay un par de humanos que pueden ver el futuro, incluso varias versiones del futuro y escoger la que mejor les acomode. Claro, eso lo descubres cerca del final cuando ya te comiste toda la película. Es mala, pero tiene encanto. Es un perro de un sólo truco que sabe dosificar su gracia para que no te desconectes. La historia es sobre un par de policías, hombre y mujer, Jeffrey Dean Morgan y Abbie Cornish, que andan tras la pista de un asesino serial. No dan una, el malo es super listo y ellos, al más puro estilo Se7en (1995), sólo recogen los muertos que les va dejando. En su desesperación recurren a un viejo gruñón interpretado por Anthony Hopkins que a regañadientes decide ocupar sus poderes psíquicos para ayudarlos a capturar al asesino. Evidentemente lo capturarán después de varios tropiezos, pero como en Se7en, sólo estarán cumpliendo el futuro que el malo eligió.

Este filme esta muy lejos de  lograr la coherencia y la tensión que construyó Se7en. El asunto de las visiones se acomoda para empujar el guión hacia el final pero yo, después de descubrir la motivación del asesino, no encontré ningún sentido a perseguirlo o capturarlo. 

La revelación final de la historia de Hopkins, la muerte de Morgan y el pasado de Cornish, aunque vienen al caso, se sienten de relleno. Obviamente Dean Morgan no es Brad Pitt, ni Morgan Freeman, el malo no es Kevin Spacey, Cornish no es Gwyneth Paltrow en sus buenos tiempos. Todo eso resta y sin embargo entretiene. Hopkins está muy Hannibal Lecter.

Hay un par de escenas con efectos especiales muy disfrutables, la de la bañera y la del estacionamiento. Sin embargo, la cinta copia hasta los balazos de The Matrix (1999). Lo que vale la pena es la edición, el armado es interesante, gracias a ella el filme entretiene y engancha. 

Además hay un dialogo entre Hopkins y Cornish que vale mucho la pena. Es un churro, lo sé, pero pasé un buen rato y confío en que ustedes también perdonarán sus fallas. (Ab.)

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