Devil's Gate - Clay Staub (2017)
Puertas al infierno está en Netflix. La vida es muy curiosa y a veces permite que veas dos películas sin relación en la misma semana para que encuentres el vínculo. Aunque Brightburn es una de superhéroes y Devil's Gate, en teoría, es de terror. Sin embargo, ambas tratan de lo mismo. La historia de las Puertas del infierno comienza con un fulano en su auto avanzando por un camino de terracería a gran velocidad, va escuchando música y sintiéndose malote hasta que el coche se apaga y le devuelve la humildad. El hombre ve una casa vieja unos metros y se acerca en busca de ayuda. Entra a la propiedad terregosa y polvorienta y pasa varios obstáculos hasta llegar a la puerta de entrada. Toca y grita pero nadie responde. Oye ruidos y comienza a buscar otra entrada. Al asomarse por una ventana ve algo que lo asusta y cae en una trampa para osos. Por otra parte, una agente del FBI viaja a un pueblo en Dakota del Norte para investigar la desaparición de una madre y su hijo. Ella es un pez fuera del agua. Es citadina, vegana, no fuma, se cree feminista y viene de resolver un caso que la dejó marcada. En su cabeza no hay duda; si una mujer y su hijo desaparecen, hay un macho golpeador en la ecuación. Al llegar, nota que los policías hombres no la toman muy en serio e intentan proteger al supuesto mal padre. Ella decide no andarse por las ramas e ir a visitar el supuesto criminal.
Empieza muy perro, no me había dado cuenta. La Agente del FBI descubrirá que todo lo que pensó son tonterías y que la causa del misterio es algo muy diferente a la violencia domestica. La mujer intenta mantener la cordura pero las cosas que encuentra la transforman. La trama da un bajón cuando sabes que el sospechoso ha capturado en su sótano a un ser de otro mundo.
Desilusiona, pero intriga. ¿Qué carajos hizo para capturarlo? ¿Qué es? ¿Cómo se mueve? ¿Cuándo llegó? ¿Cómo llegó? ¿Basta una jaula y un perro para mantenerlo quieto? ¿Qué come? Y, sobretodo, ¿qué carajos esta haciendo en ese lugar? Es una sensación extraña. Parece que todo se fue a la basura, pero de algún modo el interés ha crecido. ¿Hacia dónde va la historia?
Si he logrado despertar tu curiosidad, no sigas leyendo. Mejor ve la película. Pero si tu instinto te dice no la vas a ver, entonces te cuento qué pasa. El milagro ocurre. Hay un alíen que está aquí porque su mundo está en las últimas y debe preparar la colonización. Lo capturaron a puñetazo limpio.
Hay montón de cosas por explicar y el filme da pretexto para una elabora historia de tres generaciones humanas. El clímax llega con una escena en la que el padre decide matar a su hijo y la madre lo evita. Parece que, al igual que Brightburn, el director cree que esas escenas de muerte entre familiares deben remover toda nuestra humanidad. Al igual que en aquella cinta, el drama falla. Matar un extraterrestre nocivo no causa ningún conflicto. Por otra parte, la paternidad es un acto de fe.
¿Y la agente del FBI? Nada y todo. Ella es la más interesante. No tiene tiempo para procesar lo que está sucediendo y se limita a ser testigo. No se paraliza, pero tampoco resuelve. Hace lo que puede, pero se queda corta. Debería matar a todos, pero no lo decide. Ni siquiera podrá explicar lo que sucedió porque le falta información.
El cierre de la cinta, al igual que Brightburn, opta por avisar que el inicio del fin del mundo está muy cerca. Las abejas y las avispas pueden tener cosas en común, pero son muy diferentes. Los humanos pereceremos a manos de otros depredadores. El karma es cabrón. Por cierto, la agente tiene onda, es interesante, la actriz se llama Amanda Schull. Sin embargo, le roba cámara la guapérrima Bridget Regan que hace de mamá del monstruo. (Ab.)
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