The Ten Commandments - Cecil B. de Mille (1956)

El clásico Los diez mandamientos está en Amazon. Es muy difícil juzgar esta película a tantos años de su estreno, no sólo porque ese tipo de superproducciones dejaron de hacerse, también porque la historia es conocida por todos los cristianos. Aunque parece telenovela, la Biblia es responsable de que el niño pobre sea abandonado a la puerta de la casa rica (para ello inventan el moisés) con la idea de salvar su vida y que los poderosos carguen con los gastos. Gracias a ello, cuando sea adulto, conocerá la verdad, encontrará a su madre biológica y se enfrentará con la familia que lo educó. Cualquier semejanza con la tragedia de Edipo es pura coincidencia. El héroe escapa temporalmente de su destino pero lo cumple tarde o temprano. Moisés también es el ensayo de la historia de Jesús, porque al igual que Herodes I El Grande, el faraón Sethi ordena matar a los recién nacidos al saber que una estrella fugaz cruzó el cielo y es un mal presagio. Pero el guión tiene tanta carne que la película dura tres horas y cuarenta minutos. 

Como detalle curioso, la versión en Amazon hace el corte para que los más jóvenes se enteren de antes había una pausa llamada intermedio. Aunque el filme se llama Los diez mandamientos, debería llamarse Moisés o Esclavitud judía en Egipto, porque la cinta dedica mucho tiempo a eso y los mandamientos aparecen hasta el final, cuando el dios sin nombre escribe con fuego sobre piedra, cuidando su caligrafía, mientras los judíos adoran al becerro de oro en una bacanal. 

Insistiré en que el título es engañoso porque los diez mandamientos no son examinados. No se explica que están guardados en el Arca de Alianza que buscara después Indiana Jones, ni los mitos sobre dónde se encuentran hoy, ni el poder que otorgan a quién las posee. 

La cinta se entretiene con el romance con Nefertari y la competencia con Ramses, así como con las labores de construcción de Moisés y su juicio por traidor (historias que no están en la biblia). Cuando se cansan de inventar, vuelven a la fuente y lo envían a trabajar como pastor con Jetró para que se case con Séfora. Años pasan con Moisés de viaje mientras los judíos chambean. Otra curiosidad es que la cinta supone que hacen adobes que nunca vemos en qué se utilizan, ya que las construcciones egipcias que aparecen son de roca sólida.

Esta película marcó a una generación y aunque no hayas visto la cinta completa, ya viste la escena del Mar Rojo abierto en dos por el canal cinco en Semana Santa. Los efectos especiales de entonces son muy divertidos, hoy los llamarían artesanales. Pero las historias sobre el Monte Sinaí (hay una interesante teoría de que está en Arabia Saudita), en el modo en que son retratadas parecen un capítulo de Alienígenas ancestrales y no un texto espiritual. La zarza ardiente y las diez plagas tardan mucho en aparecer. El duelo de hechiceros se resuelve muy fácil y Ramsés es demasiado necio.

Independientemente de la historia, el modo en que está hecha la cinta se siente un poco acartonado. No sólo por los grandes lienzos pintados que se ven al fondo de las escenas, también por la actuación tan teatral y por los largos textos con voz en off. Lo cierto es que cada cuadro parece una pintura, se agradece la calidad del color y también que casi todas las mujeres son guapas. Una cosa extraña es que toda la ropa luce demasiado bien, parece que siempre están estrenando. Sólo la túnica de Moisés se ensucia.

Charlton Heston es un galán de otras épocas, un tipo varonil que en luce mejor cuando su personaje envejece, de joven está raro. No creo que Moisés sea su mejor papel, me parece mucho mejor en El planeta de los simios (1968) o en Cuando el destino nos alcance (1973).

La película parece haberse quedado sin tiempo. Al principio quisieron hacer toda la Biblia, después pensaron en un triángulo amoroso, y por último, ya sin presupuesto, la terminaron con prisa, la titularon Los diez mandamientos y la mandaron a los cines. Vale la pena, pero es necesario prepararse psicológicamente para una sesión tan larga. (Ab.)

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