Rio Grande - John Ford (1950)
Río Grande está en Netflix y es una de vaqueros. Un profesor de guión cinematográfico siempre mencionaba los tres ríos de John Wayne, Río Rojo (1948), Río Bravo (1959) y Río Grande. Río Lobo (1970) también es de Wayne pero supongo que no es tan buena como las otras. Esta es la primera que veo y lo que me sorprendió es la semejanza con el cine de oro mexicano. Es decir, aunque sustituyen charros por vaqueros, los machos son muy correctos y muestran su agilidad con los caballos; las mujeres muy guapas y tradicionales; y los números musicales aparecen cada tanto. Sin embargo, la fotografía en blanco y negro es superior, quizá se deba a la calidad de la copia digitalizada, pero creo que desde las primeras escenas se nota un alto contraste y una definición de calidad que luce a pesar del formato casi cuadrado. La historia es una telenovela: Wayne ha dedicado su vida al ejército y por ello no vive con su esposa y su hijo. Él está a cargo de un fuerte en la zona fronteriza intentando domar a los indios americanos. No esperen corrección política ni que los personajes piensen en quién invadió a quién. Al hijo lo expulsan de West Point por burro y se alista en el ejercito. El chamaco cae en el fuerte de su padre y la madre hace el viaje para evitar que su mijito muera a mano de los malditos apaches.
Los mexicanos somos expuestos como simios ceremoniosos bastante inútiles, corruptos y sin criterio. No permitimos que los buenos americanos crucen el río y nos hacemos de la vista gorda con los apaches que se refugian en nuestro territorio. Hoy la DEA se ríe de eso.
La música no es de mi agrado, pero tiene cierto encanto ver que el cine de vaqueros y el de charros se copiaran tan descaradamente. No creo que sea la mejor película, pero definitivamente tiene todo. Tiene ritmo, acción, valores, balazos, peleas, muertos, cantos y amor.
Supongo que las de superhéroes ya se tardaron en incluir canciones. Imagina a Spiderman cantando o a Batman llevando serenata. Marvel y DC no han sabido incluir las rolas, quizá por respeto a su público quizá por falta de imaginación.
Cualquier película de vaqueros o charros es superior a las de superhéroes por la sencilla razón de que se basan en la realidad y motivan a los humanos a salir adelante sin necesidad de superpoderes. La filosofía detrás de las de vaqueros es que el hombre con una pistola y una cuerda se las arregla para salir adelante. No requiere un automóvil con trucos ni tecnología idiota ni ser un mutante ni fuerza sobrehumana. La vida es simple y cada hombre puede encontrar en sí mismo lo necesario para lograr lo que quiere o morir en el intento. (Ab.)
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