Downsizing - Alexander Payne (2017)
–Dave Johnson
Downsizing es una película protagonizada por Matt Damon y Hong Chau. La historia sigue a Paul Safranek, un hombre que sin nada que perder y mucho que ganar, se somete al revolucionario procedimiento que permite a un hombre de 1.80 metros, medir 12 centímetros. Al inicio, la película divierte con situaciones entre los encogidos y los que no. ¿Ver qué de una caja salen dos personitas, que cargan sus propios megáfonos para hacerse oír y tienen sus propios vasos de licor? Pavor, eso es muy gracioso. Pero decide dejar de ser chistosa para reflexionar sobre el ambiente, el propósito de los humanos como especie y como individuo. Temas serios que sí tienen mención a lo largo de la película (de hecho se inicia con uno), pero más que molestar por ser incongruente, molesta que de un minuto a otro deje de ser todo risa con un momento serio, a todo serio con un momento de risa.
Como dije, se inicia con un tema serio: la sobrepoblación y sus consecuencias. ¿Pero cómo atacar esto de manera equitativa y no discriminatoria? Fácil, encoger a la humanidad y así sus sus efectos nocivos. Una respuesta tan loca que de inmediato causa polémica no sólo en el mundo de la película, también entre sus espectadores. Desde ¿yo lo haría? Hasta ¿qué efectos negativos puede tener esta tecnología? Porque, como todo invento, tiene su lado bueno y malo. El bueno es que al encogerte y vivir en una ciudad especial que luce como una gran maqueta, tu dinero automáticamente sube de valor, pues si compras, por ejemplo, un kilo de jamón, podría durarte meses porque no consumirías tanto. Y el valor de casas y otros productos, bajaría por el poco material de uso. Así podrías vivir en una mansión miniatura por menos de lo que costaría un departamento normal. Sumándole a ser rico y pequeño, que ayudas al planeta, todo suena perfecto, pero una película es muy aburrida si se queda en una loca idea que resulta perfecta.
El lado negativo es que los normales ven como menos ciudadanos a los encogidos, ya que ellos no producen el mismo dinero para la sociedad, pero claro, exigen tener lugares adaptados para ellos, así como transporte y servicios. Esa tecnología es irreversible. Un dato que Paul Safranek y su esposa conocen recién en la clínica donde empezarán una nueva y mejor vida. Es extraño que eso no viniera en el folleto, igual que el detalle de que deben afeitarse totalmente, mismo por el que Audrey abandona la clínica a último minuto sin poder decírselo a Paul, quien se entera después de despertar como un hombre encogido.
Pasado un tiempo, Paul se divorcia, sale con una madre soltera, termina drogado en la fiesta de su vecino, y conoce a Ngoc Lan Tran, una activista vietnamita que fue reducida en contra de su voluntad, perdió su pierna, y ahora trabaja limpiando casas para ayudar a la pobre comunidad donde vive, a las afueras de la hermosa maqueta conocida como “Leisureland”. Que en una película estadounidense se represente a la comunidad desfavorecida como latinos que ven Cantinflas, rezan y por supuesto viven del otro lado del muro, ya no debería ser sorpresa (creo). Todo esto pasa en minutos, pero se siente con una naturalidad tranquila gracias a los diálogos y situaciones chistosas, lo que la siguiente parte deja de lado y arruina una película que pudo pasar como dominguera.
En sus últimos veinte minutos intenta tomarse en serio después de no hacerlo por más de una hora, y cuando trata de volver a la comedia, se nota con chistes que no valen la pena. Si quieres saber por qué es importante tener claro el género de tu cinta y ser fiel a él, Downsizing te lo dejará muy claro. (SO)
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