Prayers for Bobby - Russell Mulcahy (2009)
–No tendré un hijo homosexual.
–Entonces, mamá, tú no tienes un hijo.
Mary y Bobby Griffith.
Plegarias para Bobby es una película protagonizada por Sigourney Weaver y Ryan Kelley; que cuenta la historia real de Bobby Griffith, un joven homosexual que se suicida a finales de los años ochentas por culpa de la intolerancia de su madre religiosa. Ya con esto, me imaginaba que terminaría en un mar de lágrimas, pero el drama de 2009 es una sana comedia hoy en día. O esa es la única manera que encontré de tolerar la película, al menos hasta cierto punto. Y no, no pretendo decir que la situación es chistosa, pero sí la forma como se decidió retratarla, con un ritmo tan rápido que no te permite realmente conectar con los personajes y su dolor, y aunque hay diálogos muy buenos (como su icónico discurso final que vale la pena ver por sí solo), para ese punto sólo quieres que termine el tremendo remolino de imágenes psicodélicas que por una hora te ha atormentado o hecho reír (como fue mi caso).
Otra cosa que ayuda a la comedia son los estereotipos absurdos. La madre es tan religiosa que pone la muerte de su hijo antes que cualquier cosa. Sí, Mary Griffith piensa que si su hijo muere en el pecado de la homosexualidad, obviamente no irá al cielo y no podrá reunirse en el más allá con el resto de su familia, por lo que tiene que hacer todo lo posible para curarlo antes de que eso pase. Dime por favor que eso no es muy gracioso.
Y claro que Bobby no se queda atrás. Él es el típico gay delicado, lindo, que viste brillante y, obviamente, es muy buena persona porque es gay. La exageración es clave en la comedia, Prayers for Bobby lo sabe.
Que sea una comedia involuntaria no la hace mala película, de hecho hasta la mitad podía decir que valía la pena al mismo nivel que ¿Y dónde están las rubias? (2004), algo relajado que ver un día aburrido… Pero entonces alguien decidió dividir la cinta en (lo que parece) cuatro actos, que al mismo tiempo, se agrupan en dos actos gigantes que cubren cada mitad de la misma.
Me explicaré mejor.
Primer acto: Bobby es sacado del clóset y su familia intenta curarlo.
Segundo acto: Bobby acepta su homosexualidad y vive feliz con ella, pero el que su propia madre lo niegue y siga insistiendo en que algo está mal con él, lo lleva al suicidio.
Tercer acto: Mary comienza a cuestionar su fe porque ¿cómo su Dios pudo dejar que su hijo hiciera algo así?
Cuarto acto: La mentalidad de Mary cambia y se vuelve una defensora de los derechos de gays y lesbianas. Así que como verás, no es la historia de Bobby (una estafa si me preguntas), se trata de un extraño relevo del protagonismo, que hace que ambas historias pasen sin pena ni gloria, y es frustrante porque si las ves por separado, ambas vivencias tienen mucho más que ofrecer para una buena película dramática.
En fin, no quiero hacer esta reseña más larga de lo que merece, así que sólo agregaré que me sorprende que Prayers for Bobby sea considerada un clásico del cine LGBT+ (razón por la que decidí verla en el mes del orgullo). Supongo que, como todo clásico, se le aplaude ser la primera en hacer algo, aunque no tengo claro el qué.(SO)
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