Downsizing - Alexander Payne (2017)

Pequeña gran vida está en Netflix. No la vi cuando se estrenó en salas porque la crítica la destruyó, pero entre el encierro del COVID19, Netflix y la curiosidad me obligaron a  verla. El avance mostraba una escena con una enorme botella de vodka, pero eso ni siquiera está en la película. Lo menciono porque es evidencia de que hubo indecisión sobre el contenido de esta cinta. La primera parte es muy interesante. Plantea un mensaje ecologista que supone que la Tierra podría recuperar su salud si todos los humanos redujeran su tamaño y su consumo. Aunque en el fondo existe el asunto egoísta de convertir tus ahorros en una pequeña fortuna. La segunda parte tiene que ver con la relación personal del personaje principal con una inmigrante vietnamita. Allí se acerca de nuevo a la oportunidad de mejorar el mundo, pero la cinta pronto desiste del tema. Para cuando todo termina, descubres que lo visto antes tuvo por finalidad mostrarte que "huir de los problemas no sirve de nada". Ese es el mensaje, no hay más. La sensación de decepción se siente sucia y pegajosa.

La historia de Paul Safranek, cuya vida consiste en complacer a su mujer y sentirse frustrado en su trabajo, es muy elaborada. Él piensa que todos sus problemas y preocupaciones se pueden resolver con dinero, de modo que al enterarse de que su vida puede mejorar si reduce su tamaño, acude con su mejor a realizar el proceso de reducción. Su esposa, ya en pleno proceso, se echa para atrás. Eso significa que Paul arrastrará un divorcio siendo una miniatura de hombre. El duelo de su fracaso matrimonial golpea su autoestima y el golpe se multiplica al verse solo, sin la fortuna que esperaba tener y siendo un pitufo bonachón.

Ya que Paul no pensaba trabajar, no obtuvo los permisos para ejercer su profesión en el mini-mundo. Por eso consigue un trabajo que paga poco y se muda a un departamento muy diferente de la casa que esperaba ocupar.

De pronto se topa con una mujer coja y mandona que le ve cara de burro y lo utiliza. El tipo es patético y su vecino se lo dice en la cara, pero con cariño. Todo irá de mal en peor sin que Paul oponga resistencia. ¿Cuál es el atractivo de la vietnamita? Paul le rompe la prótesis. Como en un mal chiste: entre más coja, mejor. 

Debes ser admirador de Matt Damon para soportar este filme que dura larguísimas dos horas y quince eternos minutos de no pasa nada. Detalles que rompen la fantasía aparecen cada tanto. La ropa luce normal, lo cual me parece imposible ya que la tela más fina luciría tosca. El agua en los fiordos se mueve menos que en un vaso con agua. Miles de cosas rompen la ilusión. 

Yo no compraría cosas en miniatura si las puedo hacer antes de encogerme o las puedo encargar a familiares y a amigos. Algo súper idiota, por contradictorio a la idea de cuidar el planeta, es que existan autos y autobuses miniatura. Bastarían unos listones que se muevan con energía eólica o cualquier otra cosa activada por gravedad. Se entiende que siendo todo tan pequeño, los costos no serían un problema. 

Cosas importantes no son explicadas, por ejemplo la audición o la visión parecen no ser afectadas, lo cual es ilógico. Las leyes también parecen no tener necesidad de ser adaptadas, ni siquiera las fiscales. Todo es medio simplón y color de rosa. 

Es interesante pensar en lo que sucedería si todos consumiéramos menos. Quizá las hormigas sustituirían al pollo. No lo sé. Da para pensar un montón de cosas, pero el filme se va por la fácil para dar un mensaje que, ante la complejidad de los escenarios planteados, parece una bobada. (Ab.)

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