Inferno - Dario Argento (1980)
Infierno es la segunda película de una trilogía que empezó con Suspiria (1977) y terminaría con La terza madre (2007). Esta historia comienza por explicar, a través de la lectura del libro ficticio "Las tres madres", escrito por el arquitecto Emilio Varelli, que tres brujas, tres hermanas, controlan el mundo. La idea la fue obtenida de "Suspiria de Profundis" de Thomas de Quincey. Se trata de una especie de santísima trinidad del dolor, equivalente de las tres gracias, formada por Mater Lachrymarum motor de las tristezas y las desgracias, la más bella, en Roma Italia; Mater Suspiriorum señora del duelo y las pérdidas, las más vieja, en Friburgo, Alemania; y Mater Tenebrarum dueña de la transformación que surge del duelo, la más joven y cruel, en Nueva York. Las casas de las brujas fueron construidas por Varelli e incluyen tres pistas para identificar a la brujas. Las tres madres son, según palabras de un personaje, los avatares de la muerte. Esto es todo lo que se sabe con certeza, el resto son conjeturas. Es decir, al igual en Suspiria, la película muestra asesinatos y persecuciones pero nunca se entiende la razón de los mismos. Es posible saber qué se busca con ellos. Aparentemente las brujas están interesadas en mantener su anonimato, pero entonces resulta ilógico que el libro que revela sus secretos esté al alcance de los simples mortales. Yo supongo que se trata de un anzuelo.
La historia salta de una joven buscando pistas a su hermano haciendo lo mismo sin que nunca sepamos qué se proponen. Nunca vemos que se presente una denuncia por los homicidios. Si la idea es destruir a las brujas, hace falta saber cuál es el método correcto para hacerlo. Los personajes se enganchan en la búsqueda guíanos por el estómago.
Nada queda claro en realidad y al director no le importa. En principio porque la intención es que te dejes llevar por las emociones y las sensaciones y no por la razón. Es un espejo de la vida o de los sueños. En ellos muchas cosas suceden que afectan nuestras emociones y no tienen explicación evidente.
Argento da por hecho que has mordido el anzuelo y tira de él. Te aturde a través de los decorados, la música horrible, la fotografía y el peculiar uso del color. Violencia extrema, un poquito artesanal, que incluye un cuchillo que cruza el cuello como si lo hubieras comprado en una tienda de disfraces y una larga secuencia sobre un viejo en muletas que pretende ahogar gatos en un río y terminado comido por las ratas.
Los gatos no siempre son víctimas también atacan y matan, son los ojos o las manos de Mater Tenebrarum. Por cierto, el viejo antes mencionado, un anticuario, suelta la frase: Nuestras vidas están gobernadas por gente muerta. Con ella firma su sentencia de muerte, se entiende conoce el contenido del libro y los secretos del mismo. Pero la frase esconde más que eso. Obliga a pensar en quienes establecieron el modo correcto de vivir en sociedad, por ejemplo. La puedes amar u odiar, pero es interesante. (Ab.)
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