J'ai perdu mon corps - Jérémy Clapin (2019)

Perdí mi cuerpo es una interesante película francesa de animación que está disponible en Netflix. No voy a mentir, ver a una mano que ve, siente, piensa, pelea y camina sola por la ciudad, cuesta trabajo de tragar aunque lo haya hecho antes Buñuel en El ángel exterminador (1962) y muchos otros lo hayan copiado. Lo mejor del filme es la música. Gracias a ella puedes aceptar el supuesto y encontrarle sentido. J'ai perdu mon corps es un dramón que juega con tu mente. Esa es su virtud. Ves a un hombre de origen árabe en Francia, partes del cuerpo, sangre y el interés por una mujer blanca. No pude evitar imaginar todo tipo de enredos. Desde un atentado terrorista hasta violencia racial. No sabes a quién pertenece la mano, no sabes lo que la mano busca y tienes que esperar mucho tiempo antes de unir los cabos correctamente. Mientras pensaba la explicación y el posible desenlace, la música me hipnotizó. La mano no habla así que la música es su voz. La mezcla de recuerdos, sonidos y la historia de Naoufel, un joven repartidor de pizza que se enamora a través de un interfono de la bibliotecaria Gabrielle, promete una tragedia, mientras revela otra. 
El destino que escribió el autor para el torpe repartidor ya está fijado, no puede escapar aunque él piensa que basta un acto irracional para lograrlo. Descubriremos el pasado de Naoufel y viviremos su presente. Conoceremos sus deseos y sus motivaciones. 

Todo suma. Los enamorados van forjando una historia complicada que no puede terminar bien. El recorrido de la mano es terrible. Encuentra a su paso muchos enemigos. La fantasía es salvaje y cruel. Quizá la mano fue cortada para evitar que realizará algo. Quizá se evitó un acto bueno que tendría consecuencias funestas. 
Un bebé toma la mano y el amor que siente la mano por el niño se vuelve tangible. El nene también se reconforta con el contacto. Una mano es un símbolo múltiple. Representa soledad, compañía, amor, ayuda, pérdida, fuerza y vulnerabilidad. La mano vive una vida humana en apenas unos días, extraña lo que tuvo y lo que fue. La mano sueña.
Una sensación de alivio aparece de vez en cuando, pero no dura mucho. Hay una tristeza optimista que recorre la película. Nada está bien y quizá nada mejore. La cinta hace poesía. Brinda esperanza.
Las aventuras de la mano me recordaron algo que leí sobre la inteligencia. Los humanos creemos que el cerebro contiene toda nuestra razón, pero acaso no es inteligente el estómago al escoger los nutrientes de los alimentos o la sangre al reparar las heridas. Hay misterios de nuestro cuerpo que no hemos revelado. Hay instinto e intuición. Hay cosas que simplemente sabemos. (Ab.)
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