Dancer in the Dark - Lars Von Trier (2000)
Bailando en la oscuridad tuvo muchísimas nominaciones y ganó muchísimos premios en Europa, pero es una película difícil de ver. Si no te gusta la música de Björk o no te gusta el estilo de Lars Von Trier, mejor ni lo intentes. La película tiene sus ratos musicales y la verdad no me parecen números divertidos o agradables, no que sean malos pero Björk retoma el espíritu de STOMP y hace música con palos y tubos. Además retuerce el lenguaje para que se adapte a la métrica musical. Interesante sí, experimental sí, pero no gozoso. La música rompe la tensión de la trama dolorosa, así que ni se disfruta como musical ni como tragedia. La historia es la de Selma, una inmigrante que está perdiendo la vista de modo muy acelerado y debe cuidar de su hijo Gene que también padece la enfermedad. Ella trabaja como obrera y además hace todo tipo de trabajos porque está juntando dinero para pagar la operación que salvara la vista de su hijo. Selma y Gene viven en una casa rodante dentro del terreno de un matrimonio compuesto por el policía Bill y su esposa Linda. Bill ha hecho creer a su esposa que es rico y Linda gasta de manera alocada, sin que Bill tenga el valor de decir la verdad. El conflicto entre Bill y Selma surge cuando él se entera que Selma está juntando dinero para la operación y decide pedírselo prestado para hacer un pago a los bancos. Selma no es consciente del error que implica haber dicho que tiene dinero y para colmo la corren del trabajo cuando ya está casi completamente ciega. En pocas palabras un dramón con números musicales.
Todo lo que puede salir mal saldrá mal, tan mal que Selma termina en la cárcel tras un juicio super breve y totalmente ilegal. Yo no soy un conocedor del sistema jurídico gringo pero es evidente que se violan todos los principios básicos en la peor representación de un juicio penal que yo haya visto.
El desenlace pretende ser salvaje pero para ese momento ya estaba desconectado. Entre los bailes y la tragedia llena de lugares comunes con traiciones propias del cine de Pedro Infante, sólo pedía a Dios que el filme terminara. No entiendo porque les gustó tanto a los europeos.
Lo que estoy tratando de explicar es que me gusta la música de Björk (tengo varios de sus álbumes) y Lars Von Trier es un director que ha películas estupendas como Antichrist (2009), Nymphomaniac (2013) y The House That Jack Built (2018), pero la mezcla me parece una cosa horrible. Supongo que en ocasiones los prejuicios nos salvan de cosas malas, yo me negué a ver esta película y tenía razón. (Ab.)
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