Atlantique - Mati Diop (2019)

No sé cuál es el título en español de este filme de Senegal. Pero lo pueden buscar en Netflix como Atlantics. Participó en el Festival de Cannes y ganó el Gran Premio del Jurado a pesar de ser la primera película de la directora. La historia que cuenta es la de un romance inconcluso. Ada es una mujer musulmana comprometida y a unos días de casarse con Omar, un junior que vive casi todo el año en Italia. Ella está enamorada de Souleiman, un joven pobre que trabaja en la construcción y que lleva tres meses, casi cuatro sin cobrar. El océano es testigo de su amor, su dios, su monstruo y su vínculo. Souleiman y sus compañeros trabajadores están desesperados y deciden emigrar a España a través del Atlántico. Él se va sin despedirse de Ada, sin avisarle.  Ella no tiene más remedio que aceptar la boda con Omar, pero está triste y enojada. El día del festejo, el blanquísimo lecho nupcial es destruido y el matrimonio no se consuma. Ada, aunque casada, regresa a la casa de sus padres envuelta en la sospecha. La familia de Omar es tan poderosa que la policía acude e inicia una investigación para capturar al responsable del ataque. En México, se reirían en tu cara si vas a presentar la denuncia, salvo que seas nieto de Slim. Algunos testigos dicen que vieron a Souleiman entrar a la casa, pero eso es imposible, todos saben que salió del país. 
Por otra parte, un grupo de mujeres acuden a la casa del dueño de la inmobiliaria a exigirle el pago del adeudo de  cuatro meses de sueldo de los hombres que se hicieron a la mar. La policía debe varios favores al empresario, así que interviene con la intención de evitar que se repita el incidente o capturar a las responsables.
El policía encargado de la investigación es un perro que desconoce todo marco legal y sufre fuertes malestares durante la investigación. A pesar de la simplicidad de la trama y de la realización, la foto, el contexto y las actuaciones te llevan de la mano. Además la originalidad y la honestidad de la película logra momentos mágicos que te transportan a otro mundo. 
Hay secuencias que juegan con las emociones como: la revisión de la virginidad, la venta del teléfono celular o la detención ilegal de Ada. Los humanos somos iguales en todo el mundo. La cinta muestra la situación de la mujer en Senegal sin caer en la victimización. Las mujeres saben jugar en cualquier cancha a pesar de las reglas estén torcidas. 
Nada sabía sobre Senegal, sólo Dakar es famoso por el Rally París - Dakar, que ahora cambió su nombre y ruta. Después de ver este filme la curiosidad por visitar esa parte de Africa se me quiere instalar. Por cierto el Rally Dakar comienza el 5 de enero y se realizará en Arabia Saudita a pesar de su nombre e historia.
La película logra transmitir la tristeza de sus personajes principales y al final tiene una sensualidad dulce y ligera que se agradece. Ver escenarios diferentes, con rostros nuevos, en culturas distintas es maravilloso. El cine tiene estás ventanas que son una invitación a lo desconocido. Atrévete a salir de la zona de confort y déjate invadir por el espíritu africano. Vale la pena. (Ab.)
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