Léon - Luc Besson (1994)

El perfecto asesino está en Netflix y es uno de esos filmes a los que se puede volver de vez en cuando y redescubrir con placer su encantadora sinceridad. Debo aceptar que no la vi cuando se estrenó, la busqué por recomendación un par de años después. Desde que la ví me gustó y me sorprende que siempre que en una reunión se habla de cine alguien la menciona. Esta película tiene algo especial que intentaré exponer en las siguientes líneas. Aunque la sorpresa más obvia es ver a Natalie Portman casi niña, el gancho de la película es su simpleza. La historia es un viaje de pareja dispareja contado de manera lineal. Por una parte está Mathilda, una niña rebelde que forma parte de una familia disfuncional, evita la escuela y gasta sus días vagando alrededor del edificio en que vive. Su padre está relacionado con la venta de drogas y hace algunos trabajos para Stansfield, un agente corrupto de la DEA, interpretado por Gary Oldman. Léon (Jean Reno) es un adulto analfabeta, un asesino a sueldo, que vive de manera casi monástica, con rutinas rústicas, en el mismo edificio que Mathilda. Danny Aiello es Tony, el patrón de Leo. El mafioso a cargo del barrio Little Italy en Manhattan que administra el dinero y el trabajo de Léon. 

Un día, Mathilda sale a hacer las compras y mientras eso sucede Stanfield y su equipo asesinan a la familia. Ella al volver, logra entender lo qué pasó y finge vivir en el departamento de Léon. El asesino sabe lo que acaba de suceder y, a pesar de sus dudas, abre la puerta. Los personajes tienen en común sufrir abuso de su figura paterna así que conectan con facilidad. Ella quiere vengar la muerte de su hermano menor y por esa razón decide aprender el oficio de Léon. A cambio, él aprende a leer y disfruta de la compañía. El cine forma parte de su relación, Mathilda le enseña a jugar con un juego de disfraces. 

Aunque la historia puede verse como el encuentro del hambre con las ganas de comer, también puede ser vista como una historia de amor. Todo el mundo puede entender la dependencia afectiva entre estos personajes y el sacrificio no se siente torpe o forzado. Aquí los buenos no son exactamente buenos y los malos no son exactamente malos, pero nunca tenemos la duda de quienes son nuestros favoritos. 
Gary Oldman roba cámara con su Stanfield exagerado que contrasta con el bajo perfil de Mathilda y Léon, pero siempre es el enemigo aunque nos parezca listo, interesante y culto. Oldman es policía viste en colores claros y aprecia la música clásica, Reno es un delincuente, viste de oscuro y es analfabeta. Los simbolismos están invertidos. Nada es lo que debe de ser. La familia no es el refugio, la policía vende drogas, los asesinos son impartidores de justicia. 
En otras palabras, la cinta es cine con raíces en el cine y en la cotidianidad, es ligera y profunda, es divertida y triste, es verosímil y entrañable. Se parece mucho a la vida real. Además, la película tiene relación con Madonna. No sólo porque Natalie Portman se disfraza y canta Like a virgin, también porque Danny Aiello aparece en el video de Papa Don't Preach(Ab.)
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