La extorsión - Martino Zaidelis (2023)

LA EXTORSIÓN es una muy buena cinta argentina en HBO Max que se sostiene con ingenio, dosifica la información y administra las sorpresas. Esta es la historia de Alejandro, un piloto de avión que no debería de estar volando porque le falla un oído. Está tan apegado a su chamba y su jubilación que se ligó a la doctora para falsear los resultados de su revisión. Gracias a Dios, no tiene hijos, así que evita la mala broma de decir que todo lo hizo por sus nenes. Su esposa Carolina es sobrecargo y está en activo. Un día, bien temprano, llegan a su casa unos policías, lo intimidan y lo invitan a acompañarlo a la comisaría, allí le muestran su expediente. El numerito policiaco escupe su mensaje: Coopera llevando unas maletas a España o va a la cárcel. En su cobardía, sin consultar un abogado, sin indagar cuál sería el proceso, Alex prefiere cooperar y dobla las manos. Pero hay otro policía que está interesado en él, así que Alex tiene la tentación de denunciar que lo obligan a llevar una carga que desconoce. El filme es un juego en que los roles del gato y el ratón son intercambiables.

Así comienza esta cinta. Todo sigue una lógica realista que hace que el resultado sea un tanto predecible pero nunca menos interesante. No encontré huecos en la trama, ni consecuencias descabelladas, así que el buen ritmo te lleva con una sonrisa hasta el final. 

Francella ha sabido dar el salto de la comedia al drama y sus personajes siguen teniendo ese carisma del señor buena onda, egoísta y vanidoso, excesivamente educado, incapaz de violencia. Sin embargo, en esta ocasión Carlos Portaluppi, con poco tiempo en pantalla, le roba la película. Él interpreta a Mario, un amigo de Alex de toda la vida, también piloto en una situación similar.

Las motivaciones del señor Portaluppi son diferentes. Este gordo es un cabrón que hace todo aquello que Alex no podría. No saldrá ganando de esta aventura pero su enfoque se siente más rico y más cotidiano. No juega al héroe ni se hace la víctima. Carolina, la mujer de Alex, aunque nunca tiene toda la información, tiene una escena genial en que explota contra su marido y le hace notar su hipocresía.

Las cursilerías sobre el ritual del retiro del chofer aéreo causan repelús pero brindan una buena idea del nivel mental del personaje. Alex es cursi, es rosa, no es un idiota, tan sólo está apegado a lo que en su imaginación infantil era deseable. Todos somos un poco así. La realidad lo obliga a romper el cascarón pero regresa corriendo a repararlo. Se aferra a su idea de bondad y su tribu lo aplaude. Sus trampas han sido perdonadas. (Ab.) 

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