Ant-Man and the Wasp: Quantumania - Peyton Reed (2023)

Este filme es tantas cosas que una opinión necesita hacerse por partes. Para empezar debo decir que las cintas previas me gustaron mucho. Ant-Man (2015) y Ant-Man and the Wasp (2018) no se tomaban en serio lo de ser parte de los Avengers y tenían sentido del humor. Creo que en esta entrega, aunque el hombre hormiga sigue siendo de segunda e intenta conservar su buena vibra, insiste en innecesarias menciones al grupo que lo ningunea. Ese chiste es pesado y se gasta en una exhibición porque los fulanos jamás aparecen. Esta entrega es divertida, pero exige mucha cooperación, necesitas aceptar todo sin cuestionar. Por lo que refiere al ambiente, quizá los niños no requieran exposiciones sobre las reglas del mundo. Pero después de dos cintas, ya tuvieron tiempo de sobra para pensarlas. El mundo cuántico sigue siendo parte del mundo, así que bastaría hacerse pequeño para entrar y grande para salir. Si eso no basta, debe haber reglas al respecto. Pero Marvel las omite y no resulta fácil tragarse los caprichos del guión.

Siempre me ha gustado la idea de que existan otros mundos dentro de éste y que éste sea parte mínima de otros mayores. Me parece lógico y fascinante. Como es arriba es abajo. Pero ya entrados en el multiverso, si existen tantos Kang en otros mundos y lineas del tiempo, no entiendo porque no existe uno nacido en el universo cuántico.

¿Cómo decide el multiverso en dónde poner un avatar del arácnido o del Doctor Strange y donde no? ¿Hay reglas al respecto?  El universo cuántico parece poblado de todo tipo de seres pero curiosamente allí no hay Avengers. Pinche universo caprichoso. Además debería haber mundos más pequeños que el cuántico o una explicación de por qué es el más pequeño. Otro pendiente para la próxima cinta.

La creación de este universo se guarda sus misterios, por lo visto, no es necesario entender las reglas de la física para destruir mundos y viajar por el tiempo. Muy conveniente. Lo que resulta imperdonable y ofende la inteligencia es que Mr. Hormiga y su nefasta hija adolescente no tienen idea de cuándo ni cuánto crecer o reducirse. Hay muchas escenas en que un cambio de tamaño resolvería la situación pero se les congela el cerebro para aparentar que están en problemas. En general, todo el guión es así. 

Por lo que refiere al elenco, Paul Rudd sigue siendo divertido, Evangeline Lilly sigue siendo guapa, Michael Douglas sigue llenando la pantalla pero están de relleno, la cinta no trata de ellos. Las importantes ahora son Michelle Pfeiffer, guapísima y activa, y la odiosa Kathryn Newton. La chica no transmite nada  su personaje es odioso, cae tan mal que rompe la fantasía cada que abre la boca. La tipa quiere educar a su padre sobre participar en la comunidad, ayudar a otros y tener un propósito. ¿Por? Quizá sea una parodia de Greta Thunberg. 

No tengo hijos, pero no tengo la paciencia para soportar esos desplantes. Quizá sea lo normal, pero no es normal que la soporten. Si es tan lista y sabe cuidarse sola que se ponga un depa y se vaya a vivir con roomies de su nivel intelectual o sola. Si además es un inventor competente no necesita que el abuelo le de regalos de alta tecnología. Mr. Grandpa está para comprarle un helado, recomendarle libros o enseñarle a andar en bicicleta, no para anular la autoridad paterna y facilitarle los líos. Por lo que refiere a los malos. Bill Murray y Corey Stoll están de relleno. Sólo Jonathan Majors tiene tiempo para lucir y sin embargo, Kang es vencido. Puede hacer un imperio de la nada pero unas pinches hormigas lo derrotan. Marvel, que inventaron las hormigas  para derrotarlo, no me enteré. 

Es cierto que si apagas el cerebro funciona y te diviertes, pero cada tanto se hace necesario volverlo a apagar. De todos los personajes de la cinta, el 90 por ciento tienen figura humana: dos piernas, dos brazos, tronco y cabeza. No hay arañas ni escorpiones, apenas unas bacterias que desaparecen para nunca volver. Ni siquiera un perro o un mapache, no hay pájaros en el cielo ni lombrices en la tierra. Marvel tira la hueva en cosas básicas, la biodiversidad es mínima, sólo hay unos pulpos traídos de Acapulco y un monstruo de gelatina robado de Monsters vs. Aliens (2009). 

Muchas dudas surgen mientras ves la película. Los personajes no sudan, no van al baño, no comen o quizá usan pañal y traen barras energéticas. ¿Cuánto tiempo pasaron en el multiverso? Quizá la dona y el café del inicio son superalimentos y brindan muchísima energía.

Por último, la ciudad imperial no tiene ninguna lógica, se nota que es maqueta, nadie apaga la luz, nunca hay una fuente de iluminación natural y no hay juegos de sombras. No hay lluvia, ni nieve, ni rayos, ni árboles, ni pasto, ni olas, nada que haga sentir real ese universo. Supongo que Kang, está más preocupado por someter gente que por diseñar ciudades. No tiene lógica esmerarse si no hay problemas meteorológicos que afecten la arquitectura. 

La cosa está tan jodida en lo que refiere a creatividad que la gravedad funciona igual que en la tierra, el aire es respirable y la temperatura es de 20 grados. Dr. Strange le echó más ganas a su multiverso. Pinche universo de pacotilla, la aventura estaría más cabrona en la Antártida contra los pingüinos de Madagascar. Ya sé que esta cinta es para niños, pero tantito realismo es necesario. Por cierto, se nota mucho cuando hay pantalla verde o quizá esa es la chafa apariencia de mundo cuántico. (Ab.)

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