Beetle Juice - Tim Burton (1988)

A pesar de haber escuchado sobre Beetlejuice, el súper fantasma desde mi adolescencia, apenas la vi en Amazon. Había visto varias veces el extracto en que los personajes cantan Banana Boat de Harry Belafonte, pero no había vencido la sensación de estar viendo algo un poco mal hecho. Muy divertido y hasta genial, pero descuidado. Los colores eran raros, se notaba el lip sync o play back, se notaba el estudio, no me convencía. Pero vencí el prejuicio y ví la cinta, después de verificar que la casa en la colina está en East Corinth, Vermont, y ha sido restaurada. Es cierto, los efectos especiales son artesanales y se notan, pero son tan geniales que puedes olvidar su calidad. La historia es simple. Algunos dicen que trata de fantasmas tratando de echar de casa a los vivos recién llegados. Se equivocan, la cinta muestra la importancia de leer un manual antes de utilizar algo. En especial cuando el manual es del muerto fresco o recién fallecido. Pero me estoy adelantando.

El filme comienza con una pareja, Adam y Bárbara que van a su ferretería por materiales y al volver a casa se cruza en su camino un perro del demonio. Eso hace que Bárbara (Geena Davis) choque contra la pared del puente y, antes de que bajen del auto, el perro satánico logra que caigan al río y mueran. Si buscas una trama con explicaciones estás buscando en el sitio equivocado.

A pesar de que la pareja muere en el río quedan condenados a pasar 125 años en su casa. Nunca sabrás cómo se calculó el tiempo, ni que hacían antes de mudarse a este pueblito. Tampoco se explica qué sucedería si salen de la casa y son devorados por las serpientes del desierto. Tampoco sabrás porque tienen derecho a tres citas en la oficina de orientación fantasmal. Nada sabemos porque este par se niega a leer.

El asunto es que la pareja descalifica el texto sin probar su eficacia y cometen errores de novatos. Cuando estás muerto nada debería preocuparte, pero a ellos les preocupa todo porque no han leído el maldito manual. Si alguien se tomó la molestia de hacer un manual quizá sea necesario.

La pareja es demasiado buena gente para ser fantasma. Sólo están encaprichados con la casa. Por suerte, la hija del recién llegado, la darketa Lydia (Winona Ryder) puede verlos e intenta interactuar con ellos. El súper fantasma de jugo de escarabajo llegará muy tarde a la cinta. Michael Keaton es irreconocible.

El encanto de esta película está en los detalles extraños como la deformación de las cabezas de Adam y Bárbara, las serpientes de calcetín, el vestido de novia rojo, la maqueta, el gusto de los recién llegados por los fantasmas, la avaricia de convertir todo en negocio y la posibilidad de dibujar una puerta para salir. Quizá son tonterías pero resultan ingenuos y atractivos. Todo se vale, salvo usar tecnología, leer y dar explicaciones. 

La duda queda. ¿Adam y Barbara están conviviendo en el limbo con los vivos, o los vivos se están excediendo al convivir con gente que no pudo cruzar al más allá?  Lo cierto, es que la muerte no es el final, es sólo el premio al final de la vida. Haz el esfuerzo por ganarte una buena muerte y no entregues el equipo por salvar a un perro que ni siquiera tendrá la cortesía de llevarte al otro lado.  (Ab.)

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