Alpha - Albert Hughes (2018)
Alpha es el tipo de película que me parece haber visto cuando era niño o quizá del que me gustaría que viera mi hijo si tuviera uno. Te anima a confiar en tus instintos y en tus conocimientos. Es muy visual. Puedes entender cada cosa que sucede sin necesidad de los diálogos, podría ser un filme mudo. La historia se ubica hace 20,000 años, un joven se está ganado su lugar en el clan y viaja con su padre para participar en su primera cacería de bisonte. Lo darán por muerto y tendrá que demostrar que puede sobrevivir y forjar alianzas. La fotografía tiene un acabado extraño pero es muy dulce. El protagonista es Kodi Smit-McPhee el mismo de la versión gringa de Déjame entrar (2010) y de Slow West (2015). Si no han visto este par de cintas, búsquenlas. El chavo es muy bueno y le pone todas las ganas. Además cuando un lobo es tu compañero de viaje, ya estás hecho. Para mí, esta aventura es tan buena o mejor que El llamado Salvaje (2020) pero sin promoción está cabrón cruzar el cerco de Disney. Además el mensaje de superación personal va en contra de todo lo que hoy se enseña a los morros. Hoy, los padres quieren adolescentes obedientes y dependientes que nunca rompan el cascarón. Ser autosuficiente y andar sólo por la vida antes de los 25, ni lo mande dios.
La película es divertida, aunque también cae en clichés solemnes y errores bobos. Por ejemplo, la ropa que usan parece diseño de The North Face. Otro detalle chafa es que el bisonte no daña al chamaco y él que cae en un espacio perfectamente plano en el que permanece inconsciente pero bien acostado y libre de todo mal.
La herida de la loba es bastante conveniente, le impide seguir pero sólo mientras el protagonista tiene tiempo de seducirla. Sí, quizá todo es un poco inverosímil, pero son detalles perdonables que no restan emoción. Pudo haber sido mejor, sólo si se hubiera transformado en un dramón parecido a The Revenant (2015).
La herida de la loba es bastante conveniente, le impide seguir pero sólo mientras el protagonista tiene tiempo de seducirla. Sí, quizá todo es un poco inverosímil, pero son detalles perdonables que no restan emoción. Pudo haber sido mejor, sólo si se hubiera transformado en un dramón parecido a The Revenant (2015).
Para mí es una buena película con un buen mensaje para un público adolescente. Aunque yo fui un niño sobreprotegido, sé que mis padres me permitieron mucha libertad. Estoy consciente de que México no es el de los setentas o los ochentas, pero los padres son ahora muy asfixiantes y los tiene jóvenes tienen miedo de desobedecer. Quizá por eso esta cinta predecible me gustó tanto. Nadie necesita un súper poder para cuidar de sí mismo. (Ab.)
Si te gustó esta reseña libertaria, compártela con un adolescente.
Comentarios
Publicar un comentario