La castración - Ivan Lowenberg (2012)
La castración es el primero largometraje del director Ivan Lowenberg. Recientemente reseñé Encuentro, un corto magnífico del 2019 y ahora tuve la oportunidad de ver esta cinta. Aunque me gustó más el corto. Hay cosas en común en ambos trabajos. Supongo que el director tiene experiencia en el trato y cuidado de adultos mayores, ya que ambas historias tienen este tipo de personajes. También tienen en común que aparecen médicos dando información a los familiares. Otro punto en común son las locaciones, todas muy realistas y muy chilangas. Lo mismo pasa con los muebles, me recuerdan sitios que he visitado en esta ciudad. Sin embargo, el detalle más relevante que comparten es el cuidado en la elección del elenco. Tanto Victoria Santaella como Keila Wood lucen naturales en sus personajes. Además me fascina el trabajo de Paloma Woolrich en esta película. Me atrevo a pensar que, antes de dirigir, Lowenberg trabajó en la elección de actores; no sólo porque los dos trabajos que conozco sobresalen en ese departamento, también porque en este filme aparece una agencia de casting.
Por lo que refiere a la historia, es una película difícil. Dos cosas me pasaron mientras la veía: a) me sentía inquieto por el título, esperaba que algo terrible sucediera; y b) al no cumplirse mis expectativas, el final me sorprendió. Tanto confiaba en un giro violento que me quedé aturdido. Tuve la sensación de no haber entendido nada.
La intención del director no es evidente ni simple. Tuve que repetir en mi cabeza el recorrido, un par de veces antes de entender. Tuve la sensación de haberme subido al avión esperando llegar a Guadalajara y despertar en Mérida.
La historia es la de una joven de 24 años que divide su tiempo entre su trabajo en una agencia de casting (¿castinera?), cuidar a su padre enfermo y cuidar el bebé de una vecina. Sus ratos libres son nocturnos y mantiene una relación sui géneris con un amigo en línea.
El director me advirtió que había opiniones encontradas. Ahora entiendo. Hay algo demasiado personal, quizá íntimo en este viaje de autodescubrimiento. Además rompe con el tipo de narrativa comercial y gracias a eso juega con las expectativas. Yo agradezco no haber descubierto el final, que no fuera una tragedia y que el carácter de su personaje principal no tenga prejuicios religiosos o religión.
Cine diferente hecho con intuición e inteligencia. Quizá no sea un éxito comercial, pero definitivamente cuenta con un estilo poco común. Ponerse en zapatos ajenos no siempre es placentero, pero ayuda a mantener una actitud positiva ante las nuevas.
Quizá el atractivo más grande de esta cinta, que tiene varios, es que mantiene la tensión durante todo el recorrido sin revelar hacia dónde va. Date la oportunidad de ver cine personal y mira de cerca mundos ajenos. (Ab.)
Si te gustó esta reseña, compártela con un viejo.
Comentarios
Publicar un comentario