The Half of It - Alice Wu (2020)
Netflix estrenó la muy rescatable y simbólica Si supieras. Es una película de romance en la prepa, salpicada de clichés y personajes de cajón que se atreve a empujar la agenda progre y utiliza con gracia las referencias y los lugares comunes, para mirar al interior de los personajes. La historia es la de Ellie Chu, hija de inmigrante chino que vive en el pueblo ficticio Squahamish, en Gringolandia. Su padre es encargado de la estación de tren y su madre está muerta. Ellie es muy buena escribiendo y cobra a sus compañeros, todos niños blancos, por los ensayos que deben presentar en clase de filosofía o literatura. La cinta comienza con una breve explicación de la teoría de la media naranja expuesta en "El banquete" o "El simposio" de Platón. (Busca el libro de los Diálogos de Platón, ese que te pidieron en la secundaria y allí viene un rollito sobre el amor.) Esta joven mujer vive un poco triste, le pesa la muerte de su madre y el duelo de su padre que evade la realidad viendo películas clásicas en TV, como Casablanca (1942), Las Alas del Deseo (1987) y Ayuno de Amor (1940). La cinta rebota entre la amistad, el amor y el deseo. Las líneas que dividen estos objetos imaginarios no son claras, por momento se confunden y ese el tema de la película.
Ellie Chu es contratada por Paul Munsky para escribir cartas de amor a Aster Flores. Paul es un estudiante alto y torpe, que forma parte de equipo de futbol americano y trabaja como cocinero en el restaurante de su familia. Aster es la guapa e inteligente que se aferra a la vida cotidiana de ser la popular en la escuela.
Si has visto tres películas de preparatoria sabes que el amor es caprichoso y escapa de quién lo persigue, pero también sabes que siempre triunfa y que se encuentra más cerca de lo que pensamos. Sin embargo, la advertencia inicial es que la cinta no es de amor. ¿Qué es el amor? No importa, menos cuando estás en preparatoria. Lo que importa es vencer la timidez, romper las barreras que nos impiden tocar a otro, besar a otro, hablar con otro.
La película juega con esas fronteras mentales. Ellie, Paul y Aster, padecen el mismo mal, quieren ser algo que no se supone que sean. Sus familias tienen planes para ellos y ellos no quieren defraudarlos. Mientras escribe las cartas de Paul, Ellie descubre sus miedos y su esencia. Paul aprende a platicar con una mujer mientras corre al lado de la bicicleta de Ellie. Aster rompe el cascarón de la vida fácil al leer las cartas, encuentra la libertad al relacionarse con Paul y Ellie.
Este triángulo virtuoso es doloroso, ninguno está obteniendo lo que busca, pero están recibiendo mucho más de lo que han imaginado. Se ayudan desinteresadamente, la belleza sexy y autosatisfecha (Aster), la inteligencia preocupada (Ellie) y la fuerza mala con las palabras (Paul) se coordinan para aprender, para abrir puertas y ventanas y permitir que la vida suceda.
Afuera, más allá de nuestra zona de confort, en el roce con la realidad de otros, en el intercambio, en la multiplicidad, en el dolor y la risa está la vida. La mano tiene cinco dedos y cada uno es diferente, cada uno tiene su función. Hay espacio entre ellos pero son más fuertes en conjunto.
Si supieras está llena de ideas, la puedes ver como un romance frustrado o como una metáfora de la complicidad y la ayuda mutua. Los amigos son fuerzas complementarias, son estímulos positivos, son mundos que nos conectan con la realidad. Si confundimos la amistad con el amor o con la calentura, es perfectamente natural porque sólo somos humanos. (Ab.)
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