Hot Gimmick: Girl Meets Boy - Yûki Yamato (2019)

Hot Gimmick: Chica conoce chico es una cosa horrible si no eres el público objetivo. En esta tarea auto impuesta de reseñar una película japonesa por semana, el tío Netflix me permitió horrorizarme con este filme que es un condensado de todas las telenovelas. No exagero, la trama de todas fue revuelta y licuada y vertida en este enorme vaso de malteada copeteado con crema chantillí y cerezas. El publico objetivo, supongo, son los adolescentes perturbados por las hormonas. Yo fui uno de esos adolescentes y quizá por eso puedo ver este monstruo y sonreír. El deseo sexual afecta la inteligencia. No hay remedio, las ganas de perder la virginidad y las ganas de poseer a alguien afectan gravemente los procesos mentales. Es como recibir un batazo en el craneo y querer hacer una ecuación de segundo grado al mismo tiempo. Imposible, el cerebro está ocupado en asuntos más urgentes, sobrevivir por ejemplo. La calentura y los instintos son tan cabrones que hacen que los confundamos con amor. De pronto, las hormonas nos empujan a pensar que amamos a tres, cuatro o cinco personas a la vez. La realidad es que tenemos ganas de aparearnos y para justificar nuestras ansías de sexo usamos esa palabra que tanto daño hace: amor.

Quizá los jóvenes de hoy, ya puedan entender que la monogamia es antinatural y peligrosa. Que no hay nada más maligno y natural que reproducirse. Pero quizá, y en esa opción apostaría dinero, sus procesos mentales no son claros porque tienen necesidad de experimentar orgasmos. De modo que en cada generación, la inteligencia es derrotada por el instinto de apareamiento. 

La vida es así, muchas mujeres se convertirán en madres luchonas porque no pudieron controlar su deseo. Digamos que su voluntad no está preparada para derrotar a la naturaleza y el instinto vence a la prudencia. Aunque algunas lograrán resolver el asunto con un aborto, no todas son tan afortunadas. Inevitablemente nacerán chamacos no deseados. 

Este filme muestra con absoluta claridad como una adolescente está dispuesta a soportar maltrato psicológico en la búsqueda de un macho. Lo simpático es que ella cree ser un alma pura. Tres niños se disputan el derecho de aparearse con ella con tan mala suerte que ninguno se acuesta con ella a pesar de las condiciones favorables.

Una trama loca de infidelidades, adopción y abandono se teje de manera irrelevante. Lo mismo sucede con la historia de la hermana menor de la protagonista cuyo deseo sexual es más potente, pero igualmente ineficaz. Mientras veía esta cosa y encontraba todos los clichés amontonados como en una pila de ropa sucia, no podía evitar sentirme fascinado. Tokio luce y fue un deleite reconocer algunos sitios, la película es una carta de amor a la ciudad.

Debo decir que en la escena final, en que todos los lugares comunes explotan en una conversación absolutamente hilarante, pude reconciliarme con la cinta. A pesar de todas las bobadas, el tema es llevado al límite y te permite observar los trucos de la naturaleza para asegurar que los humanos se sigan reproduciendo. Hay necesidad de promesas, pero son ridículas. Hay violencia, pero es sexy. Hay justificaciones idiotas. Hay palabras melosas e insultos formando un monumento con forma de colchón. Lo que hay,  lo que queda cuando despojamos al asunto de sus vestiduras sociales, es un montón de deseo sexual que necesita ser canalizado. La odié y me divertí al mismo tiempo. (Ab.)

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