Porno para principiantes - Carlos Ameglio (2018)
Netflix tiene Porno para principiantes. No te emociones, no es porno. Es una comedia uruguaya de época sobre un tipo que quiere hacer cine de autor y de pronto tiene la oportunidad de filmar una porno. La película es floja y tropieza mucho pero logra cierta inercia y aunque no convence, no decepciona. El inicio es lo más ingenioso porque recurre a una incómoda entrevista entre un sacerdote y un extraño. Un salto temporal se clava en el pasado, cuando un par de amigos quieren hacer cine y uno de ellos quiere casarse con la hija de un banquero. El futuro suegro es un pesado que trata al yerno como basura porque lo considera inferior por no tener dinero. A pesar de todo, el viejo pagará la boda, les regala un departamento y le da empleo al fulanito. El morro se quiere poner orgulloso y por eso intenta vender su cámara cinematográfica en un videoclub para comprar un refrigerador y un cañón de confeti, allí salta la liebre de la porno chamba. El tipo se engancha con la actriz porno y todo sale mal. Aun así el filme se graba y logra el éxito, pero no sabemos cómo.
El director y todo el mundo se la pasa diciendo que la protagonista es super guapa y sexy, pero no lo es. Quizá lo fue, pero en la película luce sin chiste. Como la mayoría de las películas latinoamericanas, cae en los clichés de las telenovelas. Si no me crees, tendrás que verla.
Por supuesto la película termina sin desnudos, ni sexo ni escenas cachondas y coquetea con la idea de que algunos de los integrantes del staff son homosexuales o bisexuales o andan muy urgidos. Entretiene pero no divierte, ni una risa me sacó. Los celos del director son infundados y ridículos.
La actriz porno resulta ser una cinéfila que quiere que su cinta se convierta en un producto de calidad. Todos los involucrados deberían estar en el asunto por dinero, pero resulta que todos tienen sueños y aspiraciones.
Si tienes chance de cobrar y divertirte, lo lógico sería usar una pseudónimo y guardar el dinero para hacer lo que se te pegue la gana. La película no pretende más que contar su historia y entretener. El humor se siente siempre a destiempo o muy obvio para causar sorpresa. Un buen intento. Nada memorable. Quizá hizo falta dinero, quizá tiempo, quizá ideas. Dale una oportunidad, gringadas hay muchas. (Ab.)
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