Kakushi-toride no san-akunin - Akira Kurosawa (1958)

La fortaleza escondida es otro estupendo trabajo de Akira Kurosawa. La cinta retrata la inestabilidad en Japón durante el periodo Sengoku, que va de 1467 a 1568. Muestra la aventura de dos campesinos, quizá desertores, que huyen de la guerra y para llegar a su destino deben dar un rodeo por un territorio neutral con fronteras abiertas. En su camino, descubren oro y la ambición les hace desear más. El oro es la zanahoria que guía a este par de burros. Su pobreza los empuja a trabajar con el general Rokurota para la princesa Yuki que necesitan escapar de la guerra. Es una versión más amplia y divertida de Los hombres que caminan sobre la cola del tigre. Se suma un tono más ligero, la presencia femenina, más complicaciones, más humor, más escenarios y un festival del fuego. Ir del punto A al punto B requiere del engaño y del ingenio, de perderlo todo y recuperarlo, de la suerte y de la destreza en la batalla. La película muestra la lealtad a toda prueba de los Samurai con sus señores, en este caso la alocada y joven princesa. El general sacrifica a su hermana para salvar la vida de esta mujer caprichosa.
Aunque la película es divertida, resulta extraño ver a los campesinos persiguiendo a la mujer con la intención de tener sexo. Ellos desconocen su identidad y la ven con deseo, su acoso es tosco y descarado, casi inocente, sólo se detienen porque el general podría darles una paliza. Son un par de salvajes dominados por sus deseos, capaces de traicionar, robar y violar pero demasiado cobardes para matar. Sus virtudes son el ingenio y el instinto de supervivencia.

En contraste el general es todo mesura, fuerza y lealtad. Su destreza con las armas es mostrada en un duelo con otro general. Esa secuencia puede ser un poco larga, pero muestra el respeto por la vida entre los Samurai. En lugar de una batalla con todos los soldados, el general a cargo del puesto militar sugiere el duelo. No hay necesidad de morir. Reconoce que sus soldados no tienen el nivel para combatir y pelea hombre a hombre. Al perder, conserva su vida y la de su gente y permite que el ganador abandone el lugar. 

La película tiene buen ritmo y no fastidia con batallas. Sabe mezclar la filosofía con lo cotidiano y lo divertido. Por ejemplo, al cruzar la aduana en el puente, el general recurre no sólo al disfraz, sino a un truco para embobar a los militares y permitir que sus compañeros crucen sin ser revisados. 

El final me pareció sorpresivo. Los campesinos cambian su actitud con respecto a la riqueza lo que provoca una sensación de alivio y libertad. Por otra parte, no sé cómo era una princesa japonesa del siglo XVI, pero  la actriz luce alta y fuerte. Ese aspecto atlético va en contra de lo que imaginaba pero funciona. 
Creo que esta es la única película de Kurosawa en que la figura femenina es mostrada parcialmente desnuda. Hay una toma de Yuki mientras duerme, se toma el tiempo de admirar las piernas y nalgas. En otras películas se muestra el cuerpo femenino en ropa entallada, pero no recuerdo otra escena de piel desnuda, al menos no con tantos segundos en pantalla. No es relevante para la película, pero me sorprendió. Tenía la idea de que Kurosawa evitaba eso. Fue una grata sorpresa. No sólo los paisajes, el sonido del agua y los cantos de las aves son parte de la naturaleza. El cuerpo femenino también es motivo de admiración, aunque esté en blanco y negro. 

Por cierto, cuenta la leyenda que este filme sirvió de inspiración a George Lucas para Star Wars. (Ab.)
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