Tulip Fever - Justin Chadwick (2017)

Amor, Deseo y Tulipanes está en Netflix. La inteligencia artificial decidió sugerirme esta novela ligera en que actúan Alicia Vikander, Holliday Grainger, Judi Dench, Zach Galifianakis, Cara Delevigne, Dane DeHaan y Christoph Waltz. La película es un lujo por la simple razón de estar ambientada en Amsterdam en el siglo XVII. La fotografía, los sitios y los vestuarios son impresionantes. Las pinturas parecen copiar el estilo de "La joven del arete de perla", el cuadro de Vermeer. La historia es una novela romántica de enredos, con mal entendidos, traiciones e infidelidad incluidos, que resulta muy entretenida pero que resulta difícil de tragar por los errores en la elección del elenco.

Christoph Waltz, que tanta impresión me causó cuando hizo Bastardos sin gloria en 2009, aquí hace del patrón. Es un comerciante rico al que resulta imposible comprarle la ingenuidad y que se parece demasiado en gestos y entonación a su personaje Hans Landa. Ese millonario holandés decide comprar a las monjas una huérfana flaca y morena interpretada por Alicia  Vikander. Aunque ella me parece una guapa y buena actriz, se ve apocada por la belleza de Holliday Grainger. Esta situación destruye la credibilidad del filme porque Holliday es la mujer de servicio de Alicia. 

Aunque se entiende que la señora de la casa debe ser flaca por haber crecido como huérfana al cuidado de las monjas, resulta ilógico que el señor se haya comprado a la única mujer morena de toda la región, que además es la más atlética. Según recuerdo, la moda de las flacas fuertes comenzó hasta hasta 1990. Antes de esto las mujeres bellas siempre fueron las mujeres rellenitas. Por lo tanto resulta ilógico que el patrón, teniendo un bombón en casa salga a un orfanato a recoger a la más flaca de todas. 

No me malentiendan, Alicia Vikander es muy bella, pero esto es Europa antes de que hubiera tanta mezcla racial, revisen las pinturas de la época y podrán deducir que el concepto de belleza favorecería a Holliday sobre Alicia. 

Por otra parte, la trama involucra a un pintor interpretado por Dane DeHaan,  el más feo de actores que conozco y que por su aspecto físico hizo La cura siniestra (2016). El artista también se enamora de la dueña de la casa. ¿Es en serio? Al inicio de la película el pintor es mostrado paseando como si fuera un gran conquistador entre prostitutas guapas. Si bien es lógico que pueda interesarse en Alicia por el poder económico que implica, es absurdo que se enamore de ella. Primero porque en la misma casa está Holliday y segundo, en el burdel trabaja Cara Delevigne. Por cierto, este par fueron estelares en Valerian y la ciudad de los mil planetas en el mismo 2017. ¿Casualidad?

Algo que falla y se resiente, es que nunca sabemos por qué el patrón billetudo eligió a Alicia. Podía había comprado a otra cualquiera. Además el juego del embarazo fingido está en un tono de comedia tan malo que parece sacado de Chespirito.

Por si eso fuera poco, Galifianakis aparece de puro relleno para arruinar los planes de los amantes del modo más estúpido posible. Al final, el modo en que se resuelven las cosas daba para una venganza sangrienta y se queda en un final feliz que hace agua por todos lados. 

Otra cosa que resulta molesta es que el asunto del comercio de tulipanes no es explicado a fondo y se siente como una curiosidad caprichosa. A pesar de todos los defectos, que no son pocos, la película está entretenida y logró mantener mi atención. No creo que sea un filme bueno pero tiene momentos de bien logrados y bellas imágenes. Confieso que lo disfruté. (Ab.)

Si crees que el amor sólo existe en las novelas, comparte esta reseña con todas las mujeres que conozcas.