Ray & Liz - Richard Billingham (2018)
Ray & Liz es un bodrio. No entiendo porque la incluyeron en la 67 Muestra Internacional de Cine. Dura menos de dos horas pero son las horas más largas y aburridas que se pueden pasar, casi peor que esperar atención médica en una clínica del IMSS. Me retorcí en el asiento desde la primera media hora y no podía esperar a salir de sala. Tuve que hacer un esfuerzo para darle el beneficio de la duda y esperar al final. Se supone que la película muestra tres épocas del mismo personaje. La primera que vemos es el presente, en el que Ray no sale de su cuarto, sólo fuma y gracias a un mandadero llamado Sid, bebe unos seis litros diarios de cerveza casera.
La segunda, el viejo pasado, en que Liz es una gorda infame que no se interesa por nada más que tragar y fumar. Ray, su esposo desempleado, intenta pasar la vida a su lado. Tienen dos hijos. El menor es un bebé y el otro debe tener seis años. No hacen nada, difícilmente van a la escuela, juegan en una sala minúscula. La casa es un asco, la gorda pasa el día entre los animales y los niños, dando órdenes. Un día, Liz y Ray dejan a un hombre adulto con alguna deficiencia mental al cuidado del bebé, mientras la familia va a comprar zapatos. A la casa llega un joven motociclista que emborracha al cuidador, lo roba y hace algunos destrozos. Cuando Liz vuelve a casa, encuentra el desastre y golpea al tipo que casi ni se entera de lo borracho que está. Después gracias a una grabación descubre la verdad.
La tercera, el pasado, en el que el hijo mayor, ya va a la escuela regularmente, mientras el menor vaga por la ciudad y visita el zoológico. Invitan al menor a una fogata a casa de un compañero de salón. Asiste y pasa un buen rato. Al caer la noche intenta volver a casa sin éxito y se refugia en un cobertizo. Eso provoca que acudan oficiales del gobierno y lo den en adopción. A grandes rasgos eso es todo.
Yo no encuentro ningún personaje que me atraiga y sólo veo el retrato de la miseria de una pareja idiota en Birmingham, Inglaterra. Si para algo sirve este filme es para mostrar que en el primer mundo también hay miseria. Diferente, pero miseria. Se supone que debe ser divertida, pero mi sentido del humor fue asesinado en los primeros minutos. Los interiores son muy encerrados y la sensación de claustrofobia se refuerza por el formato casi cuadrado en que fue filmada esta cinta. (Ab.)
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