The Bad Batch - Ana Lily Amirpour (2016)

La directora de Una chica vuelve a casa sola de noche (2014) también hizo Amores caníbales y puedes verla en Netflix. Esta película, cuya atmósfera es una mezcla entre Mad Max (1979) y Los tres entierros de Melquiades Estrada (2005), es un gran viaje para decir dos cosas: 1) El único amor verdadero es por la comida; 2) Somos capaces de hacer muchas pendejadas por una calentura. Ni como discutir. Al menos yo no puedo. En un futuro distópico, odio estas frases mamonas. En el futuro, en la frontera entre Texas y México, hay un territorio donde los gringos  destierran a los criminales, personas a las que llaman "el lote malo" (traducción de The Bad Batch), o los defectuosos según los subtítulos. Arlen, una güera de farmacia de no malos bigotes, interpretada por Suki Waterhouse, es dejada allí. Comienza a vagar y es capturada por una pareja que le corta el brazo y la pierna para comer y la deja inconsciente pero encadenada. La coja y manca escapa. 

Un vagabundo  (Jim Carrey) con carrito de supermercado la ayudará a cruzar el desierto y llegar a Comfort. Una zona sin caníbales, con droga y fiesta. Se recupera, consigue una prótesis de pierna y una pistola y sale de allí para buscar venganza. Se roba una niña, conoce a Miami Man (Jason Momoa), se mete en muchos líos, rechaza a The Dream (Keanu Reeves), y hace de todo para darse un acostón con Momoa, mejor conocido como Aquaman. Este breve resumen debe ser suficiente para picar tu curiosidad. Hay más, pero arruinaría el viaje si te lo cuento.

La película promete mucho al comenzar y quizá por eso el final decepciona un poco. Me causó gran interés saber hacia dónde iba todo. Por un momento pensé que vería una lucha a muerte entre Aquaman y Neo, o que vería sexo con prótesis, pero no. También imaginé una guerra a muerte, una cosa al estilo de The Walking Dead en la que los criminales civilizados rechazarían a los caníbales. Tampoco. Hay pocas muertes, sobrias, sin chorros de sangre ni nada parecido, la película no es de acción. Es un extraño romance inconcluso. Como ya te advertí que no esperes mucho, puedes relajarte y pasar un buen rato. Incluso puedes encontrar tantas incongruencias como gustes.

Hay muchos colores neón y una estética como de la Disco Beach de Acapulco en los ochentas, mezclada con Venice Beach y sus físico culturistas de banqueta. Suki actúa muy bien, su rostro muestra claras señales de que necesita sexo. 

Keanu parece una copia del Escobar de la serie "Narcos", tiene su harén de embarazadas de todos colores, pero se cree Gianni Versace. Me gustó ver a Giovanni Ribisi, espero que su castigo en Hollywood haya terminado y lo inviten a más películas, pero aquí sale sobrando.

Por cierto, si Momoa es cubano, yo soy camboyano. Habla un español bastante malito y le hace al pintor, supongo que en homenaje a su padre. Si no tienes nada mejor que ver, este es un churrito entretenido que se sale de los lugares comunes. (Ab.)

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