The Dead Don't Die - Jim Jarmusch (2019)

Los muertos no mueren es una broma, casi privada, para los fanáticos de los zombies, los guionistas y los estudiantes de cine. Bebe de las trayectorias de los actores que participan y de todo las producciones que incluyen muertos vivientes. Si has visto otras películas de este director, sabes que utiliza un ritmo lento, se apoya en buena música y deja largas secuencias sin ella, casi en silencio. Si esperas una comedia al estilo de Zombieland (2009), vas a salir muy molesto. Si vas acelerado, respira profundo, relájate acomódate en la butaca y déjate llevar. Esta cinta bromea con los errores y lugares comunes de las cintas y series del género. No lo digo por sangrón, lo digo porque desde el principio Adam Driver hace el comentario de que están en una película, haciendo referencia al tema de la misma. 

Esa mención es una invitación al juego. Ellos son actores, tú eres el espectador y todas las cosas inexplicables que pasan son defectos del guión. Guiños así hay muchos. El llavero de Star Wars de Adam, la jubilación de Bill Murray y por supuesto la discusión sobre que dice el guión sobre el final y la grosería del director de tratar diferente a Bill.

Todo esto sirve, para hacer una reflexión sobre los clichés de las películas de zombies y sobre el guión en general. De hecho la primera escena es un "salva al gato" en los términos del libro del mismo título escrito por Blake Snyder. La expresión hace referencia a que tu personaje debe hacer algo que le permita ganarse la buena voluntad del público. En este caso, Bill tiene un buen detalle con el ermitaño Tom Waits para que posteriormente pueda hacer lo que sea necesario con nuestra aprobación y simpatía.

Después de eso, nada tiene sentido. Las reacciones de los personajes no son las que Hollywood nos ha hecho tragar. Nadie se pone histérico, nadie grita, nadie empuja. No todos los habitantes son expertos en armas y los cuellos humanos son difíciles de cortar. 

Adam descubre que están frente a un ataque de zombies sin tener ninguna pista ni poderes especiales de observación. Los policías son los personajes más pasivos y tontos del pueblo y se dan el lujo de encerrarse en la oficina a ver como crece la crisis. En lugar de tener un plan y organizar una defensa, salen a pasear por el pueblo para matar a los forasteros hipsters. 

Los diálogos se repiten una y otra vez explicando hasta el cansancio lo que ya sabemos. Tilda "Zelda" Swinton tiene un acento alemán que no viene al caso, la lógica indica que brote el acento cuando hablas un idioma extranjero, pero al estar solo, lo normal es hablar tu lengua materna. El final de Tilda es totalmente deus ex machina y justifica cualquier falla en su manera de hablar. Además las dos chicas y el morro del reformatorio, son totalmente irrelevantes. Son testigos inocentes que logran huir.

Steve Buscemi es el personaje mala sangre que recibe castigo. Danny Glover es el personaje amable, el caballero que corre con mala suerte. Chloë Sevigny es la rubia linda y tonta que debe morir. El güero de la gasolinera es el sabiondo que debe ser sacrificado.

Pero de igual modo hay personajes que cumplen su función y desaparecen, son relleno, por ejemplo: Iggy Pop y Selena Gomez. Los muertos van por café, usan su celular y andan buscando que robar. Hay escenas casi calcadas de la serie The Walking Dead. Por esa razón pienso que Jarmusch vio la serie y decidió burlarse de ella, sugerir un final y pasar un buen rato con sus amigos. 

Toda vez que la sala de cine estaba sola en domingo, resulta evidente que el humor del director no tuvo eco en las masas. Entiendo la decepción de quienes la vieron, pero también entiendo que es necesario hacer lo que te gusta aunque nadie lo compre. El humor del mexicano promedio es de pastelazo. Hace unos día me subí a un Uber y el conductor venía escuchando la ke buena y la aplicación usaba la voz de Derbez. Para mí fue surrealista; para él, un día cualquiera. No se puede pedir a ese tipo de público que disfrute un chiste local tan elaborado. 

Al final, para cerrar con broche de oro, se desata la acción mientras Tom Waits hace la reflexión que todas las películas de zombies hacen: Hay mucha gente que vive muerta, sin otra meta que comprar y comer, presos del sistema, sin sueños ni escape. (Ab.)

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