Bacurau - Juliano Dornelles & Kleber Mendonça Filho (2019)

Bacurau: Tierra de nadie es una gran película brasileña que forma parte de la 67 Muestra Internacional de Cine. Por cierto la Muestra ya comenzó en la Cineteca Nacional y pronto hará su circuito. Antes de ver esta cinta, ví el tráiler y no entendí un carajo, sólo quedé más confundido. Ya en la sala de cine pasó una media hora, quizá más, antes de saber hacia dónde iría todo. Creo que eso es buena parte del encanto de la película y por eso no puedo contarles la historia. El punto es que con base en imágenes simbólicas que mezclan religión, magia y sicotrópicos, construye una atmósfera extraña en la que todo se vale. Por momentos, el pueblo de Bacurau se convierte en la fantasía del pueblo feliz, de la comunidad armónica y libre que rechaza a sus políticos y los castiga con el látigo de su desprecio. El filme en el fondo tiene un mensaje político sobre qué significa formar una nación, es decir, son gente que coopera entre sí con objetivos comunes en un territorio delimitado, ellos están al tanto de cada sus vías de comunicación y se cuidan de todo lo que llega a través de ellas. Están abiertos, pero no son estúpidos. El templo sirve como bodega y no es un espacio muerto. Aunque hay un líder, las decisiones se toman en grupo en asamblea pública y cada uno es libre de hacer o deshacer en su espacio privado.

Por otra parte, hay una crítica al turismo. Bacurau tiene un museo de historia y está abierto a los visitantes. Pero la gente que llega, no quiere eso. Los visitantes no siempre son lo que parecen. El turismo no es la panacea.

También hay una crítica a la tecnología y a la dependencia absurda que tenemos de ella. Para los niños es importante encontrar el pueblo en Google Maps. ¿Para qué? ¿Acaso no basta estar allí y vivir allí? ¿Es necesario tener presencia en el mundo virtual para existir? ¿Si no estoy en Internet, no existo?

Bacurau es la utopía. No son ricos, pero son. No son blancos, pero son felices. Están en contacto con la realidad exterior pero viven a su manera. La practica de Capoeira muestra sus raíces, confianza y convivencia. Hay cosas que no puedo explicar y es más fácil ver.  

La locación y las imágenes de esta cinta son poderosas. La profunda calma y rabia que se asienta en cada personaje es algo que se cocina a fuego lento en los corazones de Latinoamérica. 

Es necesario valorar todo lo que hay en esta tierra, incluidos nosotros mismos. Dejar de ver para afuera, ver para adentro, sin encerrarnos, y defender lo que es nuestro. No hay un sólo pueblo puro, todos somos mezcla de otros, pero no hay razas superiores. ¿Quienes son esos que vienen de fuera? ¿A qué vienen? ¿A qué intereses sirven? ¿quién nuestro representante? ¿Cumple con el mandato que recibió? ¿Cuál es su alianza con el exterior? Debemos estar atentos y defendernos en caso de ser necesario. Cuando pides ayuda, ¿qué ayuda quieres recibir? ¿Quieres vivir o quieres morir?

Por último, merece mención especial la belleza de Bárbara Colen en su rol de Teresa y la vibra que brota de Thomas Aquino como Pacote. Desnudos naturalistas, balazos y diversión. Por momentos es simplemente surrealista. (Ab.)

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