The Limehouse Golem - Juan Carlos Medina (2016)

The Limehouse Golem está en Amazon Prime. Si te gustan las producciones de la BBC, te va a gustar este filme. Tuve  esa sensación de ver algo británico aunque su director nació en Miami, quizá porque aparece Bill Nighy, quizá porque las acciones se desarrollan en Londres o porque el tema me pareció una adaptación de Jack, el Destripador. La película es de misterio y no pretende dar miedo. Se trata más de un asunto al estilo de Sherlock Holmes, en el que un policía es utilizado como carne de cañón porque suponen que los crímenes que debe investigar no serán resueltos. Me enganché por el aire londinense y por la leyenda del Golem, ese ser de apariencia humana creado de barro por un rabino para patrullar el Ghetto de Praga y defender a los judíos de sus enemigos. Un predecesor de Frankenstein erigido por la religión, no por la ciencia. Una vez atrapado, hay otros detalles interesantes como mencionar y utilizar la obra Del asesinato considerado como una de las bellas artes de Thomas de Quincey y la presencia de Karl Marx en la Biblioteca del Museo Británico.

No te engañes, las referencias no entorpecen la trama. El cuento es ágil e ingenioso. Hay doble sentido y un poco de teatro. La película es una trampa muy elaborada casi complicada con la simple función de entretener.

Funciona y lo hace con tal ritmo que convence. Después del inicio alborotado y gritón, todo va tomando forma para construir una historia llena de sabor. Buenos actores, buena fotografía y buen guión, el paquete completo.

La película cae bien porque se concentra en salvar a una mujer de la injusticia mientras recoges las pistas de los asesinatos. Es sólo al final cuando te pone tarea. Te deja pensando en qué es la justicia, cuál es el valor de la verdad y cuál es la ética detrás de los objetivos humanos.

Esos temas puedes nunca pensarlos, pero el armado del filme te saca del teatro con una patada en el trasero para que te cueste trabajo apagar el cerebro. La película obliga a revisar los hechos y a cuestionar las motivaciones, no sólo de los asesinatos, sino de todos los involucrados. Supongo que en ocasiones se desean cosas sin ninguna razón. En ocasiones, las emociones mandan. (Ab.)

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