Metropolis - Fritz Lang (1927)
Esta semana fue de pendientes y por eso me sacudí la hueva y puse en YouTube la obra maestra de 1927 Metrópolis. Los primeros diez minutos me parecieron pesados, pero después se convierte en una película muy interesante que ya no depende del genial decorado, aparecen algunos símbolos, se plantea la lucha de clases y el romance. Es una película que, podría hacerse hoy, pero que se entiende mejor si pensamos que la URSS estaba recién nacida en 1927. En teoría, ésta debería de ser una de las primeras películas que cualquier cinéfilo debería ver. Enmiendo mi falta. La historia es la de una civilización en un tiempo indefinido (¿futuro?) en el que una ciudad depende por completo de un empresario, digamos que es el país o la ciudad estado de Kodak. Allí el dueño decide el destino de sus habitantes, la movilidad social no parece existir ni la clase media. El obrero nace y muere obrero; los ricos viven en los Campos Elíseos. El heredero es sorprendido en los jardines por una mujer que lleva a los hijos de los obreros de paseo, es una excursión y un acto político. La manifestación infantil es devuelta a su lugar, pero el junior se enamora de la mujer. La seguirá hacia los bajos fondos y la zona industrial para descubrir que se está planeando una revolución. Un científico loco se mezcla en trama con la creación de un robot humano y un triángulo amoroso. En fin, la revolución estalla pero hay final feliz.
Hay un montón de errores, el más evidente es que la inundación sólo afecta en un lugar. Da la idea de que los millones de litros se estancan en el sótano tres, pero los padres suben del sótano ocho a planta baja por las escaleras de emergencia sin mojarse (los elevadores ya no funcionan.) Además el filme es entre ingenuo y machista. Las mujeres no trabajan en la fabrica ni en las oficinas y sólo aparecen para apoyar a sus esposos. Hay una vibra gay en eso, los hombres se hablan muy de cerca casi se besan.
La cinta no explica cuántos niveles son, en cuáles trabajan y en cuales viven. El cambio de turno es absurdo. La explotación no permitiría un cambio de turno como lo vemos retratado, las maquinas quedarían sin vigilancia cuando menos diez minutos. Otro detalle que hoy no se entiende (antes sí), es que los niños son libres y nadie los cuida (pobres chavos, antes éramos libres).
En fin, hay cosas flojas, pero la película muda y en blanco y negro se sostiene. Hay que tomar en cuenta que hay partes desaparecidas y sólo vemos la mejor reconstrucción posible hasta hoy. Ese detalle resulta evidente cuando aparece un largo texto para explicar que el patrón vence al científico loco y la protagonista está viva y libre.
Las referencias a la biblia (la torre de Babel), al demonio (estrella de cinco puntas invertida) y al cristianismo (cruces en el altar) no son sutiles. La historia puede ser interpretada como el pleito entre el Dios del Viejo Testamento y su pueblo que termina en reconciliación gracias al hijo que baja a la Tierra y vive entre los hombres.
Al mismo tiempo es claro que Frankenstein está presente, la tecnología es la nueva amenaza. Las ideas del ludismo caben aquí. Lo que maravilla es que las desnudistas dominan el mundo desde siempre.
Si algo rescato de este filme, además de los decorados, las danzas y la lucha de clases (la fabrica no produce sin mano de obra), es que el mensaje sigue vigente. Se supone que el hombre es muy inteligente y construye grandes cosas, pero es tan egoísta que no puede construir un orden social justo. ¿Quién se anima a resolver ese problemita? (Ab.)
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También es importante resaltar la época en la que la película se desarrolla, Alemania necesitaba encontrar su camino, de alguna manera se podría decir que el cine expresionista es el principio de la propaganda a todo lo que da...
ResponderEliminarMe gusto mucho tu reseña, invitas a ver de nuevo cada película que posteas.
Saludos