Call for Dreams - Ran Slavin (2018)
Call for Dreams es una producción mitad japonesa, mitad israelí que está en Amazon Prime. Este filme es pura forma. Fascina por su exterior pero se derrumba la ilusión con un final que pretende ser enigmático pero se siente tramposo. La película se resume en una de sus primeras frases: ¿El soñador sueña el sueño o el sueño sueña al soñador? Sinceramente no interesa. El director sabe crear ese ambiente trasnochado, esa sensación de insomnio y cansancio en la que todo es posible. Estás despierto pero todo parece irreal, casí líquido. Las imágenes tienen una calidad extraña, sucia, como de video, como falsos recuerdos. Eso es lo que engancha en este filme. Una mujer pone un anuncio en un diario japonés. Ella ayuda a la gente a recrear sus sueños. Los sueños no tienen una secuencia lógica de modo que da lo mismo si se trata de disparar contra alguien o sólo ver bailar a una mujer. La imágenes parecen hechas Storm Thogerson, el diseñador de la portada del álbum I Wish You Were Here de Pink Floyd o ideas descartadas de David Lynch. La conversación entre cocinero y cliente en un puesto de comida callejera pudo haber sucedido en los tacos que se encuentran al frente a la terminal 1 del aeropuerto de la CDMX o en cualquier otra ciudad del mundo.
Los efectos de sonido de la mujer que se hurga entre las muelas hacen que la escena se convierta en un espectáculo de miedo. El recorrido por las avenidas de Tokio tiene algo alucinante.
Sinceramente, este filme es un dulce visual. Algo sabroso de ver. La historia no hace falta o cuando menos no es la prioridad del director. Supongo que su creador se interesa por forjar un estado de ánimo en el que la realidad gotea hacia la fantasía.
Cada cuadro es una pintura que mezcla surrealismo, hiperrealismo y posmodernidad. Es una especie de video musical demasiado largo, que por momentos arrulla y desespera pero a ratos sorprende e intimida. (Ab.)
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