Dark Skies - Scott Stewart (2013)

Los elegidos está en Amazon Prime y fue mucho mejor de lo que esperaba. Estaba entre ver Insidious o ésta. Al descubrir la carita de Keri Russell ya no tuve elección. Sus largos rizos rojos y sus ojitos duros. Chulada. La recordaba por la serie Felicity famosa en el 2000. Aquí es una típica madre de los suburbios, con esposo desempleado en crisis y dos hijos raros. Ya no se ve tan joven pero luce más sexy, casi ruda. Antes de llegar a ella, la película saluda con una bofetada, una cita hermosa de Arthur C. Clarke. Hay dos posibilidades. O estamos solos en el Universo o no. Ambas son escalofriantes. Quedé atrapado. Un sueño extraño que tuve hace unos días me predispuso con un poco de buena fe. Soñé que: Estaba en la cama en posición fetal sobre mi costado derecho, intentando vigilar la respiración para quedarme dormido. La sensación de fastidioso fracaso me obligaba a sumir el rostro en la almohada para espantar los pensamientos de mi mente. De pronto, un brazo largo pasó por encima de mí y con un dedo tocó la piel sobre mi corazón. Un intenso destello de luz roja y el sonido de arrancar un tapón de seda húmeda a una recipiente de plástico acompañó una descarga eléctrica que me hizo saltar. Alguien estaba de pie junto a mi cama. Al acabarse la luz estaba solo. Aunque sabía que las acción había durado un instante, podía recordar el sonido como un largo eco y sentir la textura de la tela raspando por dentro hasta salir. El cerebro explicó que me estaba quedando dormido y me dio un poco de rabia darme cuenta que estaba  despierto. En realidad soñaba que estaba despierto. En fin, soñar cosas raras es uno de mis superpoderes, al igual que elegir la fila más lenta en el supermercado.

La película presenta a una familia con problemas de dinero, niños preocupados por las discusiones nocturnas de sus padres y hechos inexplicables. La historia se toma el tiempo para hacer que las reacciones de los personajes parezcan reales. Los padres culpan a los hijos, los hijos se sienten vulnerables. Pero siempre hay una intención de analizar y resolver con la que es fácil identificarse.

La paranoia crece lentamente. La desconfianza aparece para aumentar la tensión. No hay dinero, nada se soluciona, más problemas aparecen. Bendito Dios, esta familia tiene buen historial crediticio y tarjetas de crédito porque gastos nunca faltan, aunque la unión familiar muestre las costuras. Siempre pienso que lo lógico en casos así, es reducir gastos y mudarse de casa. El filme me leyó la mente y elabora una explicación al respecto.

La cita inicial señala a los responsables de la mala suerte de esta familia. Pero no se casa con la idea de que son extraterrestres. La verdad, me recordó la novela Momo de Michael Ende. Los grises, sean lo que sean y vengan de donde vengan, destruyen el tiempo de sus visitados. 

Me parece que el viejo loco que se rodea de gatos tiene su versión, pero no es una explicación completa. Si esos seres estudian a los humanos, no los estudian como yo a las guayabas. Su actividad se parece a la de poner ratas en un laberinto, pero parece más el entrenamiento de un perro. 

Si no somos comida, ¿cuál es nuestra utilidad para esos seres? El miedo es una reacción humana, no necesariamente un producto como en Monsters, Inc. (2001). La película juega con que se llevarán a uno de los hijos, pero no explica para qué sirve la tortura previa, ni porque se ponen creativos apilando latas. Si los grises tienen un patrón de conducta tan evidente y bobo, entonces no son listos y es posible derrotarlos. Yo creo que esta cinta ameritaba una segunda parte. (Ab.)

Si te gusta esta reseña onírica, compártela con tu chaman.