Monte Carlo - Thomas Bezucha (2011)

“-Es fraude.
-Es utilizar el momento.”
–Meg y Grace.
Monte Carlo o Princesa por accidente para latinoamérica, es una película protagonizada por Selena Gomez (Grace), Leighton Meester (Margaret, "Meg") y Katie Cassidy (Emma), que cuenta la historia de cómo éstas tres jóvenes estudiantes de Houston, viajan a Francia para celebrar su graduación y terminan tomando el lugar de una rica heredera en Montecarlo. Por la sinopsis ya debí imaginar que algo estaba muy mal con esta película, pero tenía tan grato recuerdo que quise darle la oportunidad. Grave error. Tienen que saber que la historia es tan básica que seguramente no tardaron ni una hora en escribirla. Imagino que el proceso fue algo así: Ah una película para adolescentes en 2011, debe tener, veamos… Una chica insegura que poco a poco descubrirá cuánto vale. ¿Y qué? Ah sí, una hermanastra que parece mala, pero que después de una noche con el amor de su vida se dará cuenta que sólo era un escudo para no salir lastimada. ¡Bum! Idea, que también tenga una amiga que sueña con una vida lujosa pero cuando vea lo frívolos que son los ricos, entienda que eso no es lo importante de la vida. Listo, personajes ya, falta un contexto. Moderno, obviamente. ¿Para conectar con los jóvenes? Fácil. ¿Y la problemática? Bien, bien, bien… Es una chica muy insegura  de un pueblito en Houston del nunca ha salido y por eso le parece la gran cosa ir a París. Espera. Allá encontrará a su doble exacta pero malvada. Obviamente tomará su lugar y posteriormente la secuestrará para que no la delate. Uf, qué sed. Ah, y que se enamore del chico guapo con quien convivió dos días. Soy un genio.
La película no se cansa de poner situaciones ridículamente convenientes que ayudan a nuestras “heroínas” (en breve entenderán por qué las comillas) a salirse con la suya. Hey, veo un hotel muy lujoso y voy a entrar al baño a secarme. Claro, en esos lugares no hay porteros que te niegan la entrada si no te ven de la categoría. Hey, yo gerente del hotel, que acabo de hablar con la verdadera Cordelia Winthrop Scott (gemela malvada), voy a obviar la ropa húmeda y las dos amigas que hace un segundo no tenía, y le ofreceré a esta chica una langosta de doce kilos y un paquete de viaje con todo pagado a Montecarlo. ¿Por qué no le preguntó por su ropa mojada o cuándo se había cambiado si sólo fue al baño o quiénes eran esas chicas que ahora la siguen como cachorros? Entiendo que el chiste y la lógica es que tú no esperas encontrarte con dos personas con la misma cara, así que la tratas como si fuera Cordelia, pero nunca dije que le preguntara si es Cordelia, sino cómo es que pudo ir al baño y regresar mojada, con nueva ropa y nuevas amigas. Pero el gerente no es el único idiota aquí, todos aceptan que de un día a otro Cordelia sea súper amable y vaya a un baile benéfico, ojo, de buena gana y con botas vaqueras, lo que alguien de sociedad nunca haría, pero obviamente nuestra chica tímida no sabe andar en tacones. Yo tampoco sé y nunca pasaría la vergüenza de que un montón de paparazzi me tomara fotos con un vestido elegante y botas. 
Lamentablemente, peor que sus situaciones, son sus personajes simplones. Grace es la tímida chica buena y sencilla que soñaba con ir a París porque de niña tenía una bola de cristal con la torre Eiffel  ¿Esperaban algo más personal o significativo? Yo sí. Emma es la mimada que sueña con una vida de ricos, pero durante una cena nota que las personas son groseras porque no hablan con ella en la mesa y ven mal a la camarera que recoge los platos. Puedo estar de acuerdo con que ser rico no es excusa para ser maleducado, pero Emma, esas personas no te están ignorando, tú no te unes a la conversación que tienen en un idioma que tal vez no conozcas. ¿No pensaste que estas personas ricas de Montecarlo hablarían en francés o monegasco, u otro de los idiomas oficiales de Mónaco? Además, nadie fue grosero con la camarera, sólo la vieron mal porque casi hizo que el tipo tirara su copa. Por favor supéralo y compórtate, no te pongas a defender los derechos que no fueron violados y menos a hacer el trabajo de otros. La peor de todas, la insoportable de este grupo es Meg, la hermanastra responsable que no deja de quejarse con que las van a descubrir, y señala que lo que están haciendo es un delito, al mismo tiempo que se sube al avión y hace uso de la ropa de alguien más. Es de esas personas que te dicen que te tomes en serio tu trabajo mientras ellos llegan tarde.
¿Se notó que Meg menciona que es un delito? Repito. Lo que estas chicas, las tres, conscientemente hacen, es un delito; específicamente robo de identidad que se define como: delito grave, que tiene lugar cuando una persona utiliza la información de identificación personal, como nombre, número de Seguro Social o número de tarjeta de crédito de otra persona sin permiso, para cometer fraude u otros delitos. ¿Usaron el nombre de Cordelia sin permiso? Sí. ¿Lo usaron para cometer otros delitos? Sí, fraude (dudo mucho que les alcance a pagar todo lo que gastaron en Montecarlo) y secuestro. ¿Terminaron en prisión? Claro que no, ellas son las “heroínas” (ahora entienden las comillas ¿eh?), las buenas de la historia y todo al final se les tiene que acomodar porque son muy buenas personas que quieren ayudar a los pobres. No sé, digo, si les importaran tanto los pobres mejor hubieran donado lo de su viaje a Francia a alguna organización benéfica, pero en fin.
Si un consejo puedo darles es que se queden con el bonito recuerdo de las películas que les gustaron de niños, porque seguramente son malas y terminarán odiándolas, igual que a sí mismos por perder casi dos horas de su vida. (Scarlet Oliva)

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