ESCÁNDALO es un filme que cumple 70 años y que muestra que las cosas no han cambiado mucho. Aunque el DVD describe el supuesto romance entre la famosa cantante Miyako Saijo y el pintor Ichiro Aoye, el filme no trata de ellos. Es decir, esos personajes sí se ven envueltos en el escándalo del título pero el protagonista del filme es el abogado Otokichi Hiruta, interpretado por el magnífico Takashi Shimura. Tanto el pintor como la cantante sólo son el pretexto para que aparezca este abogado, el clásico coyote que huele los pleitos pero no tiene ideales de justicia, ni prestigio ni afán reparador. Hiruta sólo va tras el dinero. La idea es que la revista Amour inventa un romance inmoral entre la cantante y el pintor. Son mentiras, pero el chisme crece. Aunque el escándalo alimenta la fama de ambos artistas, ellos se sienten ofendidos. El pintor quiere demandar, pero ella prefiere dejar pasar el asunto. La película coquetea con la idea de que ambos están interesados en tener una relación de pareja y con ese gancho avanza la trama. Aunque la gente siempre relaciona a Toshirô Mifune con Kurosawa (Mifune aparece como el pintor), prefiero a Takashi Shimura. Al compararlos, Mifune parece seco y tieso, sólo sabe estar enojado o sereno. Shimura es puro sentimiento, pasa de la felicidad a la tristeza y sus ojos lo dicen todo. Mifune es el héroe nacido ayer y Shimura el villano que lo ha vivido todo.
El dueño de la revista Amour es golpeado por el pintor y así las ventas de la publicación crecen. El abogado acude a negociar un arreglo pero recibe dinero para perder. Se va avergonzado pero gasta todo en alcohol y regalos para su hija enferma que además de bonita es un pan de dios. La joven está en cama, pero nació equipada con un escáner emocional que evalúa al padre sin necesidad de preguntas. Ella conoce a su viejo y sabe que, además de mal abogado, es transa. La película exhibe el modus operandi de los malos abogados y de los medios de comunicación amarillistas. Curiosamente, los artistas son gente con ética que no empujan su carrera con chismes. La demanda se presenta y vemos parte del juicio. El viejo se esconde de su cliente y recibe cada vez más dinero de la parte contraria. Pero este filme es un melodrama y las reglas del género indican que los buenos ganan y los malos pierden. ¿Ya adivinaste que va a pasar? Creo que ésta es la película más floja que he visto de Kurosawa. Es un buen melodrama pero es muy de TV. Aquí la filosofía sólo sirve para pintar un buen cuadro de montañas rojas que caminan, para ver las estrellas en un estanque de agua sucia y para que el final tenga sentido. (Ab.) Si te gustó esta reseña con aroma de chisme, compártela con un abogado.
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