Onward - Dan Scanlon (2020)
Unidos es un gran filme de animación. "Adelante" o "avanza" sería una traducción más literal pero creo que tampoco sería correcta y no alucinaré con eso. Asistí al cine con cierto prejuicio, porque había escuchado que la cinta no tenía el nivel de otras películas de Pixar. Yo quedé muy satisfecho. La historia seguramente ya la escucharon. A través de un hechizo, dos hermanos adolescentes, Ian y Barley, tienen la oportunidad de conocer a su padre muerto por un día. El hechizo se queda a la mitad y ellos corren contra el tiempo para poder conversar con su padre aunque sea por unos minutos. Es una road movie de pareja dispareja que teje el viaje del héroe. Las dificultades de la aventura son variadas, desde quedarse si gasolina hasta jugar a Indiana Jones, pero resulta significativo que la confianza entre ellos sufra reveses propios de la convivencia fraternal. Aunque me identifiqué con Ian, el hermano nerd, por un momento me pregunté qué se sentiría haber tenido la personalidad alocada de Barley. Confieso que jamás me había pasado por la cabeza, siempre he estado convencido de que es mejor confiar en el saber. Pero la confianza de Barley resulta atractiva y en mi opinión se roba la cinta.
Los niños en la sala del cine no se complican y ríen de cada chiste. El filme está hecho para ellos, aunque los adultos terminemos por soltar las lágrimas. Si no te conmueve, visita un psicólogo. Ya sabemos que el final será feliz y que los hermanos son complementarios. Sin embargo, las curvas de la historia son interesantes y divertidas.
Como yo no tuve un hermano mayor, no recordé mi infancia. De hecho no creo que los adultos la disfruten por la nostalgia, creo que lo que nos atrapa es la aventura. La idea de salir del camino transitado y buscar veredas. La cinta brinda la posibilidad de resolver un problema real y aunque se recurre a la magia, te invita a pensar qué sucederá y cómo enfrenarlo.
Además de invitarte a vivir, de pedirte que vuelvas a lo simple (caminar, bailar, aprender algo nuevo, mirar un paisaje) insiste en lo absurdo de depender de la tecnología para todo. En verdad hay más magia en una charla que en jugar un videojuego, la vida real es siempre más y mejor vida.
No imagino qué esperan otros de una película para chavitos. Ninguna película suplirá la labor de un padre que enseña a su hijo a andar en bicicleta, a nadar, a patear un balón, a cachar una pelota o a montar un caballo. Ninguna cinta puede educar hijos desatendidos, ni logrará que los niños alcancen la iluminación sin haber fracasado al enfrentar las dificultades propias de su edad. La cinta entretiene, divierte, conmueve y te invita a recuperar la vida. No creo que se le pueda pedir más. Si tú sientes que algo falta, explícame qué es. (Ab.)
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