Familia de medianoche - Luke Lorentzen (2019)

Midnight Family es un sobrio documental mexicano sobre la familia Ochoa y su vida diaria en la Ciudad de México. Esta familia se integra por tres hombres (padre, hermano mayor y hermano menor) que no tienen una cama y apenas ganan para vivir dando servicio de emergencia con una ambulancia privada. Al inicio del filme nos dicen que la ciudad cuenta con menos de 45 ambulancias del estado para dar servicio a 9 millones de personas. La cinta te obliga a pensar en la fragilidad de la vida y la cercanía de la muerte en caso de un accidente grave. Si de la llegada de una ambulancia depende tu vida, las probabilidades están en tu contra. Incluso si llega una ambulancia particular que hace lo posible por salvarte, la estadística no está a tu favor. Mi padre siempre nos decía que si algo le pasaba, lo llevaremos en el coche directo a emergencias. En español claro, nunca esperen una ambulancia. Ahora entiendo su insistencia en enseñarnos a conducir desde niños. El documental debe resultar muy atractivo en el extranjero y quizá en otras ciudades del país; pero para quienes vivimos en la CDMX es un balde de agua fría. Supongo que resulta amargo ver a la familia Ochoa cazando los accidentes a través del radio de la policía y pagando cuotas por los avisos. Además son extorsionados por no tener todos sus papeles en regla y en muchas ocasiones no reciben pago por el servicio que prestan. A pesar de todo, ellos no pierden la actitud ni el buen humor.

Insisto, para los que circulamos por esta ciudad, el documental es difícil de tragar. Reconocerás calles y edificios y agradeceras no haber sido el herido. La acción te distrae de la denuncia sobre la grave corrupción que afecta a la ciudad y que genera huecos de atención que la informalidad llena. 
En otras palabras, el gobierno hace un trabajo deficiente, el hueco que deja su trabajo permite que otros lo aprovechen "a su modo" y esos que lo cubren se integran al sistema de corrupción porque no cumplen con los requisitos de su actividad. 
Si a eso sumamos que el filme no comprueba la adecuada capacitación de quienes prestan el servicio, la única opción es andar muy atento y cuidarse para evitar todo tipo de accidentes. Un circulo vicioso que se sostiene gracias a la falta de oportunidades y la correcta aplicación de las leyes pero que aumenta el riesgo de perder la vida.
El paseo acaba de pronto y el final resulta molesto porque no hay un avance. No vimos a la familia Ocho sacar un permiso en regla, ni una acción del gobierno para capacitarlos, ni al niño dejando de trabajar por la noche. Ya vimos todo lo malo, y solo algunas pinceladas positivas cuando. Es como irte a dormir y escuchar el inicio de un cuento de terror. 
Hace años trabajé en en el Organo Interno de Control de Semarnat, Contraloría para los cuates, y recuerdo un caso sobre la adquisición de ambulancias y coches de bomberos. La lista de especificaciones técnicas era infinita, era tan complicado que los proveedores tenían problemas para cubrir lo solicitado y la licitación se declaró desierta. Ahora imagina el servicio que se puede dar con ambulancias desechadas por nuestros vecinos del norte. Estamos vivos de milagro. (Ab.)
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