Horse Girl - Jeff Baena (2020)

La chica que amaba a los caballos se estrenó en Netflix y aunque intenta cosas diferentes, no logra convencer. La historia presenta a Sarah, una mujer que, a pesar de ser bonita, no es sexy ni simpática y tiene una vibra extraña y retraída. Se nota que tiene problemas para relacionarse y sin embargo, primera incongruencia, comparte el departamento con una guapa sexy llamada Nikki. Puede ser lógico que comparta la vivienda, pero no con una guapa sociable que incluso se toma la molestia de buscarle pareja. ¿Dónde se conocieron? ¿Por qué son amigas? No hay explicación y resulta difícil de entender su relación. Sarah trabaja en fantasías Miguel y Nikki parece una niña rica que asiste a la universidad, el nexo no es revelado. De hecho, Nikki parece sentirse un poco incómoda viviendo con Sarah. Conforme el filme avanza y de manera muy circunstancial nos muestran que la madre de Sarah se suicidó, que no conoce a su padre, que su abuela estaba loca y que su única amiga sufrió algún tipo de daño físico y mental al caer de un caballo.

En resumen, Sarah aunque no ha tenido problemas económicos ha tenido una vida muy poco envidiable. A pesar de su extraño comportamiento se liga a un morro y para entonces ha pasado una hora sin que sepamos para dónde va el filme. De pronto, la historia nos muestra sus cartas y detectamos que esa horrible vida ha hecho que Sarah se desconecte del mundo de vez en cuando.

Entonces todo lo que pudo parecer misteriosos se vuelve aburrido. Ella está enloqueciendo. Comienza a hablar de OVNIS, abducciones extraterrestres, viajes en el tiempo y clones. Entonces la historia se desbarata. Para empezar, alguien que dedica su vida  las manualidades enloquecería pensando en espíritus, vampiros y fantasmas. Su locura tecnológica carece de fundamento. 

Otra incongruencia es que hombre que ha salido con ella dos veces se preocupe por ella. Cualquier tipo sano y joven huiría dando gracias a Dios por haber descubierto dicha enfermedad. Además, la amiga Nikki seguramente también pondría tierra de por medio. Lo único verosímil es que la compañera del trabajo la ayude. No sólo por ser igual de rara, también porque las circunstancias no permiten otro comportamiento.

La película logra crear cierto estrés pero nuca empatía. Dan ganas de abandonar a esta mujer en un hospital psiquiátrico y perder la llave. Nada hay que nos ate a ella. Nada que nos impulse a saber más sobre su locura. Cuando termina la cinta, das gracias por nunca haber tropezado con alguien así y respiras tranquilo pensando que ya no sufre. Bueno, supongo que cuando pierdes todo contacto con la realidad y te sumerges en el mundo alternativo que inventaste, no quedan razones para sufrir. Sólo para espíritus aventureros. (Ab.)

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