Io - Jonathan Helpert (2019)

Io, sola en la Tierra está en Netflix. Es un filme de esos llamados post-apocalípticos en los que quedan tan sólo unos cuantos humanos en la Tierra. El planeta ha cobrado la factura y la atmósfera ya no es apta para la vida de los animales. Los humanos huyeron en naves espaciales a una colonia en Saturno. Sin embargo, hay unos pocos que sobrevivieron a la extinción y que han permanecido en la Tierra con la esperanza de encontrar el modo de revertir la situación. Entre los poquísimos necios soñadores está una güera guapa de nombre Sam Walden, interpretada por Margaret Qualley, hija de un científico que alentó a los humanos a permanecer en el planeta. Ella está sola, realizando experimentos y viajando en cuatrimoto regularmente de su casa/granja/laboratorio a la ciudad. Hay muchas cosas inexplicables en la trama, las naves espaciales y la motocicleta se impulsan gracias a la combustión, además hay una llama morada que sirve como indicador de la toxicidad del aire. Según entiendo, sin oxigeno no puede haber combustión, pero quizá me equivoco. Sam a ratos usa tanque de oxigeno y a ratos no. Es como si el aire decidiera caprichosamente afectarla o no, o como si los paquetes de oxígeno viajaran a voluntad pero prefirieran estacionarse en el laboratorio de Sam. En fin, yo no soy científico pero mis escasos conocimientos de biología me hicieron inverosímiles muchas cosas. 

De pronto, en un globo pesadísimo que se eleva con helio, aparece un profesor. El recién llegado es un conocedor de la literatura y la mitología griegas, que viajo al sitio en busca del padre de la muchacha guapa. Quedan sólo unos días para que las últimas naves abandonen la tierra y todos los humanos deberían viajar a las bases de despegue para sobrevivir en las estrellas.

El profesor explica el origen del mito de la media naranja en El Banquete de Platón, pues después de haber estado tanto tiempo sólo ya mira con deseo a su anfitriona. Total que el hombre se hace del rogar pero termina cediendo a la calentura. Son Adán y Eva remasterizados con un conflicto idiota entre quedarse o viajar a la colonia espacial. 

La pareja decide abandonar la Tierra y para ello viajan a la ciudad en busca de helio para el globo. En el museo, el profe tendrá la oportunidad de explicar el cuadro de Leda y el cisne que intriga a la protagonista.

Conclusión: igual que en Roma de Alfonso Cuarón y en la peor de las telenovelas, el visitante se irá de manera cobarde, dejando embarazada a la chamaca. Al final vemos a Sam y a su hijo en la playa. La cinta pretende justificarse  cerrando con una cita de T.S. Elliot: 

“We shall not cease from exploration

And the end of all our exploring

Will be to arrive where we started

And know the place for the first time.”

Es una película chafa y tonta pero me entretuvo. (Ab.)