Destroyer - Karyn Kusama (2018)

Destrucción es un gran filme en un tono fuera de lo común  que exige mucha atención, se cocina a fuego lento y sorprende. Erin Bell, interpretada por Nicole Kidman, es una policía con problemas de alcoholismo o drogadicción, que dedica su tiempo a una investigación que la lleva en un viaje al pasado. Hay dos tramas conectadas. Una actual y otra de hace veinte años, cuando Erin era una novata del FBI que trabajaba encubierta con un grupo de asaltantes. La idea de la película es darnos tiempo para descubrir qué sucedió en el pasado y poder entender por qué esta mujer sufrió una transformación tan radical. Erin Bell no es la clásica guapa que tuvo una vida de ensueño. Al parecer tuvo una vida difícil que sin querer hereda a su hija adolescente llamada Shelby. 

El trabajo de maquillaje en Nicole es muy bueno, a ratos es una mujer guapa y atractiva y el resto del tiempo vemos su rostro demacrado casi destruido. Su actuación es excelente, transmite su rabia y fragilidad. Es un cadáver de ojos azules caminando sin fuerza, arrastrando culpa, ira y dolor con la mirada perdida. Nicole Kidman confirma que puede hacer más de lo que normalmente le piden.

Jade Pettyjohn, en su personaje de la rebelde Shelby, está tan bien que hace encabronar a cualquiera. James Jordan da vida a un reo liberado por  razones humanitarias y también hace un gran trabajo.

Bradley Whitford, quizá no te suena el nombre, interpreta a DiFranco, un tipo que administra el dinero del villano Silas y que se roba la película en los cinco minutos que aparece. Su personaje tiene un desenfado y una arrogancia extraordinarios.  

La película está bien construida, logra mucha tensión e interés. La fotografía es un reflejo de la desolación y resulta muy significativa. La pausa y el silencio del filme evocan soledad y dolor. Hace tiempo que no veía nada parecido.

Me gustó mucho. Sin embargo, creo que al final no se atreve a romper el molde. Erin, para ser un personaje redondo, debía tener un aspecto positivo. Para mi disgusto se eligió el cliché de la maternidad. Sé que es una cuestión personal, pero hubiera preferido que su aspecto positivo se enfocara en cualquier otra cosa. 

Por último, debo confesar que no creo haber entendido el guión por completo. Hay un par de detalles que me causan confusión, quizá así fue planeada la película. No obstante, se trata de una cinta excepcional y me dan ganas de volver a verla para salir de dudas. No se la pierdan, ya está en cartelera. (Ab.)