Antes de hacer Diamantes en bruto, los hermanos Safdie hicieron Good Time (2017) con Robert Pattinson, fue un filme poco comercial. Ahora dan el salto a Netflix y aunque las películas se parecen, se nota el trabajo invertido. Ellos disfrutan las historias de personajes masculinos que se lanzan hacia su destrucción de manera inconsciente. Yo casi odié Good Time, porque el personaje principal me pareció estúpido y plano. Sin embargo, Uncut Gems es otra cosa. Además de mejorar la fotografía, el elenco y la historia, tiene un personaje principal muy complejo. Howard Ratner es un joyero judío, con hijos adolescentes, casado, separado de su mujer, en una relación abusiva con su amante/empleada. El tipo tiene una debilidad por las apuestas, en especial las relacionadas con el básquetbol. Aunque parece llevar una vida cómoda, está obsesionado con ganar más y no le importa hacer negocios sucios y apuestas arriesgadas. Llamarlo joyero es limitar su vocación, es decir, tiene una joyería pero su conducta se parece a la de un traficante. Su vida es caótica, pero siempre confía en su capacidad para recuperarse de los contratiempos. La cinta lo muestra con deudas en medio de una mala racha. El hombre consigue un ópalo enorme que probablemente no fue obtenido de manera legal y termina prestándolo a una estrella de la NBA, con el secreto propósito de que el jugador tenga un buen partido, cosa que significa la posibilidad de ganar dinero en las apuestas.
La idea es mostrar el remolino descendente que se está tragando a Howard. A pesar de que el joyero no sabe controlar sus emociones y grita todo el tiempo, el filme logra un ritmo hipnótico que te obliga a seguir viendo. Deduces que no terminará bien pero quieres saber cómo.
Una luz se asoma al final del camino, un poco de esperanza. Después de tanto sufrir. Debido a las escenas inicial y final, la película sugiere preguntas importantes. ¿Existe el destino? ¿Está escrito en nuestros genes? Si todo está escrito, ¿podemos hacer algo para derrotarlo?
Es posible que la película te parezca una locura sin pies ni cabeza y que consideres imposible toparte con alguien tan idiota. Hombres así abundan. No te desesperes. Mientras estás en tu sillón es muy posible que la odies, requiere de cierto tiempo para ser apreciada, es abrumadora. Pero un par de horas después al recordar lo que viste comienzas a disfrutar el paseo.
La droga de este joyero es el dinero. Su ambición es inmensa, insaciable. Su integridad física es irrelevante, su prestigio, su reputación y su familia son sacrificables. Las humillaciones no le afectan. No puede dejar de pensar en la gran apuesta que resolverá sus problemas. "No le metas dinero bueno al malo, no le metas amor bueno al malo. No te rindas antes tus instintos y tus adicciones." Todo el mundo lo sabe, pero nadie aprende en cabeza ajena. (Ab.)
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