Los caballeros es un filme redondo. En mi opinión el mejor y más elaborado que haya hecho este director. La historia es la de un narcotraficante super listo que quiere vender su negocio. Al mismo tiempo es la historia de un reportero que quiere aprovechar para obtener dinero de esa transacción y también vender los derechos de la historia a Miramax. Para mí, el único defecto del filme es que copia una historia de sexo porcino que ya había visto antes en la serie Black Mirror. El elenco incluye a la guapa Michelle Dockery, Matthew McConaughey, Charlie Hunnam, Colin Farrell, Tom Wu, Hugh Grant y Eddie Marsan. El ritmo es impresionante y las actuaciones convincentes. Además el filme incluye una clase de guionismo y de historia del cine. En una película de gangsters las traiciones no son sorpresa pero la ausencia de ellas sí lo es. Lo que quiero decir es que, en este caso, no todo es traición sobre traición, hay respeto y confianza para balancear. Las traiciones son pocas, están bien pensadas y bien utilizadas, quizá por eso son un poco predecibles.
El título de Los caballeros resulta adecuado porque está gente viste bien y tiene modales. Hay honor entre ellos. Además su trato con la aristocracia les exige cierto nivel y ellos tiene ese estilo elegante no sólo en sus conversaciones también en sus peleas.
Cada personaje está bien construido de modo que es fácil pensar en secuelas, precuelas y algunos spin-off. Por ejemplo, la escuela de lucha de Colin Farrell da para más. El taller de Michelle Dockery resulta muy interesante. ¿Qué pasa con el director del diario, la mafia china y el judío millonario? No quedan cabos sueltos; lo que sucede es que los personajes son interesantes y dan ganas de saber más.
Aunque trata sobre el narcotráfico, analiza el futuro del negocio y las consecuencias de su legalización de manera realista. Incluso se da el lujo de enviar un mensaje antidrogas e invitar a los jóvenes a buscar actividades más positivas.
Los personajes centrales todo el tiempo intentan evitar la violencia loca. Prefieren la negociación y solo recurren a lo salvaje cuando no hay acuerdos. Un detalle maravilloso es que aunque el líder es McConaughey, la película se sostiene con Hugh Grant. Y debo confesar que aunque normalmente Collin Farrell me cae muy mal; en este personaje me convenció.
Cabe decir, que no cae en la tontería de hacerte pensar que uno puede retirarse del narcotráfico. De modo que el protagonista no logra lo que quiere y sufre las consecuencias de poner en la mesa su deseo de retirarse.
En las buenas películas no hay inocentes, nadie cruza el pantano sin ensuciar su plumaje, los imprevistos son parte de la vida y los planes dependen en buena parte de la buena suerte. Todo eso está en esta excelente película. (Ab.)
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