Sabrina - Sydney Pollack (1995)


He visto pocas películas de Audrey Hepburn pero sabía de la existencia de su versión de Sabrina (1954). Quizá por eso tampoco vi la de 1995. Las comedias románticas no son mis favoritas, sólo Julia Roberts me hacía ir a ver esas cintas. Terminé viendo la versión de Harrison Ford más por recomendación que por Julia Ormond. Si no saben de qué trata, les cuento: es una versión enredada de la cenicienta. El padre de una familia gringa multimillonaria compró un Rolls-Royce y, para cuidar del auto, importó un chofer británico. La familia rica incluía dos hijos: uno serio, Linus (Harrison Ford) dedicado al negocio familiar; y otro feliz, David (Greg Kinnear) que mataba el tiempo entre fiestas y novias. El chófer tuvo una hija, Sabrina (Julia Ormond), que creció enamorada de David y se sabía la rutina de conquista de su amado. El padre de Sabrina no quería que su hija siguiera obsesionada con el rubio playboy y la envía un par de años a París a trabajar en una revista. Al principio, ella luce disfrazada de Betty la fea pero vuelve de Francia guapísima. Los niños ricos notan el positivo cambio de Sabrina. David no pierde el tiempo y trabaja en seducirla. Ella coopera feliz, pero él está comprometido con la hija del dueño de una importante compañía que está negociando su fusión con la de su familia. Así que Linus entra al quite.
Aunque la película está muy bien, es divertida y amena, incluso me parece buena elección para ver en pareja. Sin embargo, creo que no se convirtió en un referente como Pretty Woman (1990) porque el director descuidó la elección del elenco y terminó desviando el foco de la historia.

La película se llama Sabrina. El foco de atención debería ser Julia, su transformación y su sueño hecho realidad. Y lo que vemos es un viejo encontrando su corazón. Sabrina promete ser "La cenicienta" y entrega una loca versión del pobre niño rico que se transforma en Bestia y tiene que ser rescatado por Bella.

Aunque Julia Ormond estaba bellísima, casi siempre luce seria. No podía competir con Julia Roberts ni con Winona Ryder y menos con la leyenda de Audrey Hepburn. Por otra parte, Harrison Ford es 23 años mayor que Julia, una diferencia de 10 años hubiera sido adecuada para la historia, pero 20 o más es demasiado. 

Harrison tenía más de 50 al filmar, Linus es un rabo verde en toda forma, luce ruco para andar jugando a enamorarse de una joven 20 años menor. Pero Julia rondaba los 30, no era la ingenua universitaria, también está fuera de edad para su personaje y a ratos parece una caza fortunas. A pesar de todo, la película funciona. (Ab.)

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