Licorice Pizza - Paul Thomas Anderson (2021)

La historia de esta cinta es un ligue de pareja dispareja. Un adolescente precoz, Gary, se engancha con una joven apática de 27 años, Alana, y es él quien lleva la rienda. Eso quizá desanime a las feministas, pero la cinta es así. Ella es un chava de familia judía que está harta de ser menospreciada pero sigue jugando conforme a las reglas de su casa. Esta enojada, pero no sabe encausar su energía, le faltan ideas y espacio. De pronto aparece un mocoso que le abre la puerta de la jaula, la lleva de viaje y le da trabajo. Claro que el morro es un acosador hecho y derecho, pero son los setentas y no era un problema que los hombres se pasarán de lanza y las mujeres utilizaran su femineidad para progresar. El acoso es muy evidente por todos lados. La cinta acompaña el desarrollo de los personajes, mientras su relación crece y el poder se desequilibra para hacer de las suyas. 

Los primeros cinco minutos de esta cinta me parecieron insoportables y de pronto ya estaba disfrutándola. Creo que es una película para sentirse bien y de pronto parece que no pasa nada. El mensaje es: Esto también pasará, más vale disfrutar el momento. 

Entrar a la historia es difícil porque los actores tienen personajes que no parecen ajustarse a su edad y su comportamientos se sienten extraños. Además no son los clásicos guapos de Hollywood y eso hace más difícil tragar la píldora.

No creo que le den un Oscar, aunque el mensaje es muy optimista, casi todo lo que sucede es políticamente incorrecto. Basta señalar que ella es una adulta que juega con un menor de edad. De cualquier modo, la cinta está tan bien tejida que quizá pases por alto todo y disfrutes de un buen rato muy relajado. Muy en el fondo esto es una historia de amor. (Ab.)

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