El árbol de la sangre - Julio Medem (2018)

Este filme español, disponible en Netflix, aunque se presenta como una historia de amor, es una extraña mezcla de telenovela, teatro y una pizca de serie de crimen organizado. Una joven pareja, compuesta por Rebeca y Marc, llega a una casa en las montañas del País Vasco para escribir la historia de sus familias. Ella es interpretada por Úrsula Corberó, la sexy Tokio de La Casa de Papel. Y él es interpretado por Álvaro Cervantes, un rubio igualito a "Luisito comunica", con rizos de bobo y bigote de rata aguamielera. Ambos cuentan chismes  muy enredados en que se da espacio a toda la agenda progre de la libertad sexual. Por cierto, las escenas de sexo son muy mojigatas, puedes ver los pies entrelazados o las cabezas sacudirse, en ambos casos con mucho ruido y pocas nueces. De todas las historias que se cuentan sólo importan tres: 1) La Maca (Najwa Nimri) la madre de Rebeca; 2) Olmo, (Joaquín Furriel) el padre de Marc; y Víctor (Daniel Grao) esposo de La Maca y padre adoptivo de Rebeca. 

Después de muchas vueltas entendemos que Olmo, soldado de la mafia rusa, mata a un fulano de la mafia georgiana; Amaia que estuvo casada con Olmo después se casa con Julia que alguna vez tuvo sexo con Olmo y es madre Marc porque se embarazó del georgiano; y que Marc y Víctor son hermanos  mafiosos que hicieron un trabajo para el padre de La Maca. 

Un chisme largo y complejo peor que cualquier enredo de Almodóvar, cuya presencia es inevitable y por eso aparece el afiche de VOLVER (2006) en una de las habitaciones. Con tantos actores fue necesario mantener los gastos controlados de modo que aparecen los mismos sitios una y otra vez y mientras Rebeca y Marc nos cuentan las historias que les contaron, los personajes están allí con ellos haciendo lo que nos están contando los protagonistas.

La cinta debió llamarse "Olmo tiene sexo con cualquiera, donde sea, a cualquier hora, porque puede, pero es un tipo de gran corazón que no sabe que tiene un hijo y vive como un vagabundo con un tatuaje de la bebida Red Bull en el pecho".

Víctor es un mafioso, excelente padre putativo y esposo ejemplar, tan cariñoso que secuestra niños para vender las partes pero cuida de quienes reciben los órganos robados mientras se mete cocaína y se va de putas.

La Maca se volvió loca porque era médium sin saberlo y escuchaba la voz del niño que secuestraron y mataron para mantener viva a su hija y no se curó hasta que habló con el fantasma de una mujer que también había enloquecido y compartía en secreto el mismo dolor.

Rebeca, al igual que la KIKA (1993) de Almodóvar, tiene sexo con el hijo cuando no tiene a mano al padre, porque le abrieron el pecho de chiquita.  No conoció a su padre biológico y no tiene corazón. Sin embargo, está viva porque le pusieron uno robado de un pobre bebé víctima de la trata de personas. 

La película es locura tras locura y ya sabes si quieres ver esto o no, pero te advierto que El árbol de la sangre pretende ser seria y reflexiva. Cabe señalar que cuando Almodóvar hace una cinta con un chisme gordo, lo cuenta sabroso y lo salpica con mucho humor, cosa que aquí no sucede.  Agradecí mucho el final porque comenzaba a pensar que las coincidencias no tendrán fin y que quizá estaba comiendo tacos de las vacas que vi correr por el campo y Rebeca estaba sentada junto a mí. (Ab.)

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