Private Life - Tamara Jenkins (2018)
Vida privada es un filme que tienes que ver. Ya sé que no hay películas que imprescindibles, es decir, nadie muere por no ver una cinta. Claro que hay otras simplemente magnificas o clásicas que cambian tu forma de percibir el cine, pero esas sobresalen por su belleza, por su excelente factura o por ser poéticas en algún modo. Sin embargo, hay pocos filmes útiles. Vida privada es útil para la vida diaria, sirve a cualquier persona. Aunque el tema y el público al que afecta directamente es un sector reducido de la sociedad, lo que muestra ayuda a todo el mundo a reflexionar sobre la reproducción. La historia es muy simple una pareja está intentando de todo para tener un hijo y la vida se empeña en que no lo tengan. Gastan dinero que no tienen y sufren toda clase de decepciones. Quieren ser padres. Y después de ver todo por lo que pasan uno se pregunta qué loca razón pueden tener para querer tener un hijo. ¿De verdad quieren tener un hijo? ¿Qué es lo que están encontrando en este estúpido proyecto que parece no tener fin?
Sé de buena fuente que parejas declaradas infértiles, después de adoptar, logran un hijo propio. Sé que matrimonios infelices, después de divorciarse, buscan nuevas parejas y tienen hijos. Tales situaciones me hacen pensar que la mente humana es tan poderosa que puede evitar un embarazo con o sin mano negra.
Hay parejas que son tan evidentemente malas, tristes o incompatibles que jamás podrían tener un hijo, hay que son incapaces de decir abiertamente que no quieren un hijo y hay algunas con mala suerte. De algún modo, esas personas se embarcan en proyectos absurdos buscando algo que la naturaleza, sabia y misteriosa, les niega por su propio bien o el del posible hijo.
Hay gente que no está hecha para cuidar a otros y ayudarlos a crecer. Reproducirse no debería ser algo tan fácil, debería requerir una evaluación psicológica previa. Pero tampoco debería ser tan difícil. Es decir, si no puedes tener hijos, lo mejor es que no los tengas.
En pleno 2019 me ha tocado escuchar mujeres tan estúpidas que afirman que ser madre es parte indispensable de la vida de una mujer. Soy un hombre y ello no me incapacita para notar que una mujer no necesita tener hijos para ser mujer. Del mismo modo en que un hombre puede ser hombre sin reproducirse. Es posible, incluso deseable, ser un adulto pleno sin hijos.
La película me recuerda mucho el estilo de Woody Allen, en parte debido a que se ambienta en Nueva York, en parte por los diálogos y en parte por el tipo de música que utiliza. Entre las canciones que integra está "Quicksilver Girl" de Steve Miller y no puedo escuchar esa canción sin pensar en The Big Chill (1983) y su maravilloso soundtrack.
Vida privada está en Netflix y son dos horas bien invertidas. Aunque detesto el rostro de Paul Giamatti y Kali Carter tiene cara de boba, ambos hacen buen trabajo, al igual que Kathryn Hahn, John Carroll Lynch y Molly Shannon.
Quizá te ponga un poco triste ver tanta estupidez, así que no la veas antes de irte a dormir. Por último te pido un favor, si sabes de una buena razón para tener hijos, déjala en los comentarios. Muero de curiosidad. (Ab.)
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