I Am Mother - Grant Sputore (2019)

Netflix trae una propuesta diferente con I Am Mother. No se trata de inventar el hilo negro, la idea es escapar de la corrección política de las películas con estrellas. En una primera mirada la película parece una más del montón en la que el fin del mundo llegó y han sobrevivido sólo unos cuantos humanos. La película no señala abiertamente que ocasionó el fin de la sobrepoblación humana pero deja entrever que en parte fue la estupidez y en parte una limpia realizada por una inteligencia artificial. Incluso comete el error de señalar que hubo una extinción parcial, tal cosa no existe. Algunos detalles hacen que su verosimilitud se tambalee. Por ejemplo: los fetos son expuestos a la luz y eso parece no afectar su capacidad visual. No hay ninguna justificación lógica para que Madre tenga piernas en lugar de ruedas. Y no parece haber ninguna razón para hija prefiera a la mujer herida sobre Mother. Pero dejando a un lado estos problemas, lo que plantea la película es que los humanos somos unos changos muy estúpidos y muy fácilmente manipulables.
Muestra con absoluta claridad que somos violentos y que necesitamos sentir que somos responsables de nuestros actos aunque el más mínimo análisis sea suficiente para concluir que estamos siendo obligados a ciertas conductas. 
Que el hombre es su peor enemigo no es algo nuevo. Pero que pongan a una mujer joven aparentemente ingenua siendo capaz de matar a su madre para satisfacer su necesidad de libertad, eso es nuevo. 
Madre habla con la verdad cuando le dice a Hija, nada logras disparándome. No importa, la satisfacción es mental, la trampa está puesta y trabajando como una maquina perfecta. Me gustó el detalle de que los personajes no tengan nombre y de que el robot se haga llamar Madre por que muestra que el hombre es una construcción social. Es decir, aceptamos sin cuestionar lo que nos enseñan, aunque la evidencia delante de nuestros ojos exprese lo contrario.

Si no tienes la fuerza para revertir la simulación, no es suficiente con descubrirla. Ser consciente del juego sólo te obliga a jugarlo cuando estás apostando tu vida. Lo más divertido es que tu elegiste este juego, tu preferiste vivir así que salir del juego. 
Clara Rugaard hace un buen trabajo y Hilary Swank apenas aparece. La imagen del barco y los contenedores en la playa es muy buena. El filme me remite a las negociaciones con USA. Vivimos una trampa, una simulación. México patalea por intentar conservar un poco de soberanía cuando el equilibrio de fuerzas con Estados Unidos nunca ha existido. El gobierno mexicano juega a ser independiente mientras la maquinaria lo obliga a hacer lo que el patrón requiere. México es Hija. 
Sirve para entretener y para reflexionar, yo pasé un buen rato. (Ab.)

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