Papurika - Satoshi Kon (2006)

Paprika, el reino de los sueños es una película que ya es considerada de culto. Hace ya un par de años o más que escuché por primera vez de ella y no había podido verla, en parte debido a que no la encontraba y en parte porque la olvidaba, las películas de animación no son mis favoritas. Gracias a las librerías Gandhi pude hacerme de una copia y aunque la gente se burla de los que compramos DVD's, yo agradezco la existencia de tal empresa. Alguien me comentó que con base en ella Nolan había hecho Inception (2010), ahora que la vi estoy seguro de que así fue. Así de grande es Paprika. En apenas hora y media el filme te desconecta por completo de la realidad y te sumerge en una fantasía misteriosa y reconfortante. La historia es simple: Tokita, un genio, inventa un aparato que te permite entrar a los sueños de otra persona y la doctora Chiba utiliza el aparato para dar terapia psicológica. Sin embargo, alguien se ha robado tres de esos aparatos y está haciendo mal uso de ellos. Dame una palanca y moveré el mundo. El detective Kogawa; el gordo Tokita; Shima, el jefe del laboratorio;  la psicóloga Chiba y su alter ego Paprika unen esfuerzos para atrapar al culpable.
Aunque la película salta del sueño a la realidad y viceversa, uno nunca se pierde. Es decir, dudas cuando los personajes se pierden pero nunca resulta confuso lo que está pasando. La realidad en que se desarrolla la película tiene su propia lógica y es respetada en todo momento para lograr un producto coherente.
Aunque el sueño muestra la inspiración japonesa, no faltan referentes occidentales, como: Pinocho, Campanita, Moby Dick y Tarzán, entre otros. Las referencias directas al cine, por ejemplo, cuando Paprika permite al detective elegir una película, y el hecho de que el sueño entre a una sala de cine en varias ocasiones hacen pensar que el cine es ese mundo en que los sueños y la realidad se funden. 
Uno de los temas que trata la película es la posibilidad de que la tecnología pueda controlar el mundo onírico o el inconsciente. La ciencia y la tecnología dominan cosas que antes era imposible controlar. La genética es uno de esos campos que solían ser sagrados. Parece ser que la última frontera son los sueños. ¿Cuál es el afán de controlarlo todo? El hombre está convirtiendo el mundo en una pesadilla. En Paprika las cosas se resuelven de buena manera. 
Aunque la tentación de descubrir los secretos de la realidad es grande, pienso que hay cosas que ningún hombre debería dominar. El descubrimiento de la energía atómica no ha traído más felicidad al mundo, pero no quiero sentirme medieval. 
Ojalá la frontera de los sueños nunca sea vencida. El día que lo sepamos todo, si es que tal cosa es posible, la vida perderá sentido. No se pierdan esta maravilla, hagan el esfuerzo por conseguirla. Ya quiero verla otra vez. (Ab.)

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