Kraben rahu - Phuttiphong Aroonpheng (2018)
Manta Ray, los espíritus ausentes es un filme casi sin palabras en el que la poesía brota un poco al azar. Un pescador vive con absoluta sencillez y ligereza, sin ningún tipo de mierda en la cabeza. La vida le da y le quita. El filme comienza cuando el universo le pone en el camino un hombre herido. El pescador no se detiene a considerar absolutamente nada y ayuda al hombre sin recelo. Lo lleva a su casa, lo atiende, descubre que es mudo y después le enseña algunas cosas. El destino quiso quitarle a su esposa y a cambio le trajo esta mascota. Es como si el recién llegado fuera un perro. Aunque sus palabras nunca tienen respuesta verbal, él se desahoga contando su historia al nuevo amigo. El modo de ser del hombre es tan absolutamente natural que no hace falta saber mucho más. La violencia que rodea al personaje principal es latente y él parece no verse afectado por ella. No obtenemos detalles y hay muchas dudas que quedan sin respuesta.
Siento que este filme es una versión retorcida del cuento infantil "La sirenita". El título del filme, la carencia de la voz, la obsesión con las gemas, la canción y el final, son elementos suficientes para concluir eso.
El valor de este filme no consiste en ser una muy extraña reelaboración de una historia por todos conocida. Su simpleza, la calma que transmite, la música y la magia que la envuelve, esos son sus valores.
Nuevamente cabe la advertencia de que no se trata de cine comercial y si quieres ver acción vas a terminar muy frustrado. Las sorpresas y los sobresaltos son pocos pero valen la pena. Si llegas con la mente abierta pararás un rato muy agradable.
Me parece el filme ideal para relajarse y dejarse llevar. Este filme forma parte del 39 Foro Internacional de Cine que tendrá lugar en la Cineteca Nacional entre el 28 de junio y el 15 de julio de este año. (Ab.)
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